Madrid, un estilo de vida

 
  En unos días viajo a Madrid, el año pasado por estas alturas partía hacia Barcelona, empiezo a pensar que viajar a principios de año se está convirtiendo para mi en un clásico. Siempre que hago un viaje por muy cercano que sea, todo son nervios, felicidad e ilusión. Un sentimiento  similar a cuando eres niño y esperas con ansiedad la noche de reyes.  Dicen que en Madrid es imposible aburrirse, que en sus calles se respira vitalidad, arte y cultura. Que rezuma clase y estilo por doquier. Que es la capital de la gastronomía y los aromas. Estoy deseando zambullirme  en los entresijos del casco histórico y en la nobleza del ensache de Castro, permitidme aquí guardar un minuto de silencio por  mis aclamadas clases de historia de cuarto...Me invade la nostalgia.Descubrir  también los encantos del jardín Secreto en la calle hermosilla, recorrer el mercado de San Miguel, el Caixa Forum y el Matadero cómo foco de vanguardia. No podrá faltar un paseo por la Gran Vía con el reclamo del capuchino del Starbucks en una mano y el maxibolso en la otra. Es tan chic. Tampoco el deleite de   algunas tapas de los cocineros más afamados en la Latina. Como aspirante a una buena vividora no me olvido de  un  buen vino, para ponerse algo flamenca. Las sonrisas siempre son más sinceras, los problemas se minimalizan y las canciones suenan mejor, sobre todo cuando  Paulina Rubio es la protagonista. Esta semana devoraré guías sin ningún tipo de ética y pudor  alguno. Recomiendo esta guía-online, es una maravillosa recopilación de hoteles, restaurantes, tiendas... y atractivos turísticos que han hecho que Madrid sea una de las cinco capitales europeas más visitadas. Como recomendación también sumo la guía de ciudades de la revista Vogue con las tiendas más fashionísimas ,podéis encontrarla dentro de la aplicación para móvil de la revista. 
  Sería una delicia leer vuestras recomendaciones, aquí aceptamos  desde copas, manteles, edificios,  la tienda del chino Antonio hasta el bareto más infame que esconda unos fantásticos cócteles. El resto del viaje  está por inventar y vivir como si no hubiese un mañana, o al menos así lo dice mi amiga Maia y yo lo aplico al pie de la letra. Tal vez a la vuelta  me anime y escriba mi propia guía.