Madrid y Barça, compradores de lujo que venden de rebajas

Como si con ellos no fuera el juego de la crisis económica que atraviesa actualmente la sociedad española y con ella numerosos deportes tanto de masas -equipos de Primera han entrado en Ley Concursal en los últimos años- como minoritarios, Real Madrid y Barcelona mantiene en el actual mercado de fichajes el ritmo desenfrenado de gasto habiendo sobrepasado ambos la cifra de 50 millones de euros invertidos cuando todavía falta más de un mes para que se dicte el cierre de posibles operaciones. 

El club madridista ha pasado de esta cifra principalmente con las llegadas de Isco e Illarramendi -30 millones de euros sin impuestos cada uno-, mientras que el Barça ha centrado todos sus esfuerzos hasta el momento en el fichaje de Neymar, que en números oficiales costó al club 57 millones de euros pagados al Santos brasileño.
En el apartado de ventas, sin embargo, los balances no resultan tan positivos como se puede esperar de clubes que se ven obligados a dejar salir a grandes talentos sin que su valor en el mercado sirva para equilibrar los esfuerzos económicos. Prueba de esta falta de carácter en las negociaciones de salida ha sido el caso Thiago en Can Barça, donde han dejado marchar a una de sus perlas de futuro por un precio de ganga después de una mala planificación que hizo bajar la cláusula de rescisión del centrocampista azulgrana.
Lejos de ser un hecho puntual, esta circunstancia que hace que Real Madrid y Barcelona vendan a sus futbolistas a un precio que les hace tener déficit a final de cada mercado de fichajes se ha convertido en habitual en los dos grandes de la Liga, que ya ven como un reto imposible acumular balances positivos.
Tomando como referencia la temporada 2008-2009, solo el Real Madrid consiguió tener un déficit cero en uno de estos últimos cinco años, si bien es también el equipo de Florentino Pérez el equipo que mayor saldo negativo ha acumulado en la cuenta de fichajes en el cómputo total. 
Las incorporaciones de nombres como Cristiano Ronaldo, Ricardo Kaká o Xabi Alonso en una misma temporada tienen mucho que ver en esto, aunque no menos relevante es que en este lustro Robinho, traspasado al Manchester City por 43 millones de euros, sea la salida más beneficiosa que ha tenido el club blanco.
En el Barcelona sigue siendo Yayá Toure el jugador que más ingresos dejó en las oficinas del Camp Nou -25 millones-, habiendo dejado escapar el club azulgrana a estrellas como Zlatan Ibrahimovic a un precio muy inferior por el que lo compraron.