Texto y fotos por ©José Manuel
Beltrán.
La magia, el colorido de las luces y
el olor a castañas, chocolate y churros inundan las principales plazas de
Madrid en estos días. Llega la Navidad y por ende sus tradicionales
mercadillos.
Será
por el transcurso de los años pero, cada vez que me he trasladado a Madrid, mi
ciudad natal, siempre me sale la misma frase: “este no es mi Madrid, que me lo
han cambiado”. Es la
consecuencia lógica del desarrollo de una gran ciudad, villa y corte, máxime
cuando me alejé físicamente de ella hace ya casi cuarenta años. Sin embargo hay
cosas que, por muy transcurrir de los tiempos, nunca fallan; están ahí con la
misma esencia de antaño y eso es lo que le ocurre al principal Mercado de Navidad de Madrid, el de la
Plaza Mayor.
Está
de moda, y me parece muy bien, viajar al extranjero para visitar sus mercados
de Navidad; Brujas, Amberes, Bruselas, cualquiera de las ciudades alemanas:
Nuremberg, Berlín, Rostock… nos van a mostrar peculiaridades de la zona,
evidentemente algo diferentes a las nuestras. Pero, Madrid no es menos, y en
ese periodo de Adviento, lo que supone las cuatro semanas anteriores a la
Navidad, la Plaza Mayor acoge el mercadillo de Navidad, posiblemente, más
antiguo de España.
La
Plaza Mayor, la plaza de mayor
belleza de la capital, queda ocupada por más de un centenar de casetas en la
que se exponen y venden cualquier tipo de producto relacionado con la Navidad.
Estando también próximo a estas fechas el tradicional día de los Santos
Inocentes (28 de diciembre), más de una decena de casetas, que se instalan en
la aledaña Plaza de Santa Cruz, se especializan en los artículos de broma.
Las
castañeras te ofrecen el tradicional cucurucho de papel para degustar las
castañas, aunque a veces tu compra no sea auspiciada por su clásico olor sino,
más bien, por calentarte las manos por mor del frío; las figuritas y el musgo
para el belén, los adornos del árbol, el propio árbol, todo ello se realza con
el colorido de las luces instaladas que cubren toda la plaza y la música del
tío-vivo ubicado en una de sus esquinas. Un mercado que data de mediados del
siglo XIX y que, junto a un buen chocolate con churros, es cita ineludible si
visitas Madrid en estas fechas.
Más mercadillos, exposiciones y ocio en
otros lugares de Madrid.
Ya
hemos mencionado el aledaño de la Plaza
de Santa Cruz, que se puede considerar una extensión del de la Plaza Mayor.
Allí encontrarás cualquier artículo de broma.
Los
peques se lo pasarán en grande en las pistas de hielo instaladas en Plaza de Callao o en la del Palacio Real, en la Plaza de Oriente o visitando los
belenes de la misma Plaza Mayor, Cibeles o de la Puerta del Sol. Tradicional es
el montaje para los pequeños a espaldas del Corte Inglés, Cortylandia; la muestra de artesanía en Plaza de España, de Santo Domingo y la de Jacinto Benavente así
como también la de dulces navideños en la Plaza
de Isabel II, popularmente conocida como Ópera.
Madrid
luce todas sus galas por estas fechas; no es necesario escaparse al extranjero;
miles de visitantes hacen parada y
también fonda disfrutando de su
estupendo Mercado de Navidad y tú, por supuesto, también estás invitado a ello.
Eso sí, disfrútalo con SALUD, ciudadano
viajero.