Maduro :El presidente más ignorante de la historia

El presidente más ignorante de la historia es aquel que, a pesar de haber contado con un enorme capital político, no solo desperdició 700.000 votos en las inmediatas elecciones presidenciales, luego de la muerte de su predecesor, sino que en posteriores comicios municipales y legislativos, perdió tanto las capitales más importantes del país, como los 2 tercios de la Asamblea Nacional.
El presidente más ignorante de la historia es aquel que ante semejante realidad política, originada por su nefasta visión sobre el cómo actuar desde el Estado como un líder civil, y no como un pésimo imitador, ha sido el causante de llevar a la quiebra económica al país y, por ende, dejar a la población sin alimentos ni medicinas, porque ha preferido pactar con las élites capitalistas del mundo, al pagarle a estos de manera religiosa todas sus acreencias, es decir, se comporta como un irresponsable padre de familia que prefiere gastar su dinero en pagar deudas ilegales originadas por el juego o pésimas inversiones, en vez de darles de comer a sus hijos y protegerlos en su salud.

El presidente más ignorante de la historia es aquel que, ante su desconocimiento sobre el decurso pre y posindependentista de su nación, así como de los hechos políticos, económicos, militares y sociales que impactaron significativamente el devenir de la humanidad, se rodea de un pensamiento senil, tanto biológico como cognitivo, quienes convertidos en huestes panegíricas perdieron todos los argumentos para justificar la corrupción, el contrabando, el narcotráfico, el hambre, la pobreza, la delincuencia y la muerte. O sea, la quiebra institucional y moral del país.

El presidente más ignorante de la historia está rodeado de individuos (incluyendo sus "intelectuales") para los que solo existe un alibi de protuberancias mentales, propio de sujetos cuyo único interés borró cualquier vestigio ontológico, porque vendieron sus conciencias (si alguna vez las tuvieron) para comerse la bazofia de quienes les pagan por las construcciones de sus artificios seudofilosóficos-históricos, y mantener sus mezquinas prebendas personales. En ellos los únicos sentimientos que destilan son el odio y el rencor. El único oxímoron que fusionan es el disfraz de una paz que solo se mantiene desde la pronunciación y la praxis de la guerra; verbigracia, en sus discursos solo existe el pensamiento nugatorio contra el pueblo, contra su gente, al cual llenan de miseria y más miseria.

El presidente más ignorante de la historia sabe que no tiene liderazgo ni influencia alguna sobre la población que en algún momento le dio su confianza, más por efecto de las palabras de un auténtico líder que por sus acciones generadas desde el poder. Ese presidente no solo traicionó la memoria y la responsabilidad encomendada, sino que busca emplear al líder fallecido como escudo para continuar con sus artimañas y errores, incluso inaugurando sobre su imagen estatuas que tienen que estar vigiladas las 24 horas del día, y sin visitas de ese mismo pueblo, es decir, teme que hasta el rechazo que ha generado por su soberbia e inmadurez en cada una sus actuaciones desencadene acciones sobrevenidas en relación con tales representaciones.
El presidente más ignorante de la historia nada tiene que seguir buscando como máxima figura de un gobierno fracasado. Solo le queda voltear la mirada hacia el horizonte y comprender que no existe doctrina social de justicia, empleando procedimientos ademocráticos. En otras palabras, no se puede hablar de igualdad, cuando quienes pregonan las políticas públicas viven como reyezuelos y emperadores mientras el pueblo ni siquiera encuentra mendrugos para comer en las bolsas y contenedores de basura.

El presidente más ignorante de la historia, ante las exigencias constitucionales del pueblo por solicitarle elecciones en el marco del respeto, la tolerancia y la libertad, utiliza a sus esbirros para reprimir sin importar las consecuencias que se deriven de la tortura y la barbarie física y psicológica. Su único fin está aferrado a la permanencia en el poder por encima de las vidas humanas.
El presidente más ignorante de la historia de Venezuela debe renunciar de tal magistratura, si aún le queda un mínimo de vergüenza. Todavía está a tiempo de permitir que el futuro no sea teñido por la sangre de los venezolanos.