El taller de Piasca se caracteriza como señala Hernando Garrido por: "las máscaras vomitando tallos perlados, los grifos afrontados, los basiliscos mordisqueando bayas, los triples acantos en espiral, los característicos gloutons originarios del sudoeste de Francia [...] Los canecillos, las impostas con cuatripétalas inscritas en el interior de círculos, roleos vegetales, bezantes y puntas diamantes o las cesas de acantos trepanados". Otro elemento característico del taller de Piasca son los arcos trilobulados decorativos que nos encontramos en los presbiterios de algunas iglesias del norte palentino. El grupo de Juan de Piasca se verá influido por los dos monasterios más importantes del momento: San Andrés de Arroyo y Santa María la Real.
Podemos aventurar que Juan de Piasca y sus discípulos son los autores de la decoración del ábside de la ermita de Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar. Muchos de los capiteles que nos encontramos en la firmada obra de Rebolledo de la Torre aparecen en Santa Cecilia, al igual que los que observamos en el lugar de origen del maestro, la iglesia de Santa María de Piasca. Otra referencia que nos permite hablar de su autoría en el ábside de Vallespinoso reside en la iglesia de Pozancos, Miguel Ángel García Guinea constata que la portada de Pozancos fue realizada a finales del siglo XII por la escuela indígena de Piasca, vemos que capiteles de dicha portada vuelven a aparecer en el interior de la ermita de Santa Cecilia.
La influencia que Juan de Piasca recibió del monasterio de Santa María la Real se ve también en Vallespinoso, pues como nos dice Hernando Garrido "el escultor del templo lebaníego sí copió la plantilla del caballeroso victorioso original del arco triunfal de Aguilar" plantilla que utilizó en el presbiterio de la ermita de Santa Cecilia donde encontramos la representación de ese caballero.
Una serie de Cristina Párbole para-©CURIOSÓN-2020