Nunca he creído en los iluminados, gurús o maestros. Es más, me dan miedo, lo reconozco y cuando oígo hablar a alguien de alguno, me inquieta! No creo que haya personas especialmente iluminadas, sino personas que son firmes en sus convicciones internas y viven según ellas, sirviendo, en todo caso, de ejemplo para los demás! Esa fortaleza proviene del maestro interior que todos tenemos dentro, es decir, de la experiencia y aprendizaje personal y del crecimiento, lo que confiere esa sensibilidad y receptividad ante lo que sucede alrededor, incluyendo esa percepción en el interior en otras personas! Cuando uno crece por sí mismo y aprende las lecciones de la vida, uno adquiere esa cualidad de ver más allá de lo que sus ojos ven… en sí mismo y en los demás! Es su maestro interior…
Otra cosa es cómo son percibidas esas personas que tienen esa privilegiada cualidad! Para muchas personas, esos seres aparentemente especiales se convierten en ejemplos a seguir, en meros referentes y por eso se les adjudican presuntos poderes sobre los demás mortales de la Tierra! Seguramente esas personas poderosas no han hecho más que andar un paso por delante de cualquier otra persona y tener el valor de demostrarlo en su propia vida y en su manera de actuar! Cuando uno crece siente la necesidad imperiosa de compartir su crecimiento con los demás, sobre todo con las personas que quiere, como lo hace cualquier padre con su hijo! No hay más…
Unas de las características de esas personas especiales -y presuntamente iluminadas- es la humildad y la conciencia de su propia debilidad y vulnerabilidad! Uno, cuando crece como persona y aprende de la vida, se da cuenta de que le queda aún todo por aprender! Aún asi, en un mundo en que la gente se diluye en la masa y en la falta de individualidad, esas personas se convierten en seres singulares a imitar, codiciados y que imponen -con suavidad y discreción- sus criterios personales y su verdad frente a los demás! Pero no se trata de una verdad única y personal, sino la verdad que hay dentro de cualquier ser humano… que tenga el valor de buscarla en su interior! Seguramente es ese valor para hacerlo lo que les otorga su libertad ante las cincunstancias del mundo y de los demás. Esos seres especiales son rebeldes, obstinados luchadores y dificilmente serán confinados por alguien más. Piensan, sienten y actúan desde dentro de sí mismos con firmeza, nada más! Incluso cuando aman, lo hacen de verdad! Claro que esa firmeza interior, a veces, puede provocar admiración, envidia o miedo en los demás y según para quien…
Aquí te traigo un escrito en que metafóricamente se habla de esto. Es sencillo y clarificador! Extrae tus propias conclusiones, no permitas que alguien que no sea tu maestro interior te enseñe lo que debes aprender…
La leyenda de la serpiente
Cuenta la Leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido con miedo, de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
La serpiente respondió:
- No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como igual te voy a devorar, puedes preguntar.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No, contestó la serpiente.
- ¿Yo te he hecho algún mal?
- No, volvió a responder.
- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
– ¡Porque no soporto verte brillar……..!
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