Una de las cosas que más me gusta del otoño son las castañas , pero no cualquiera , castañas de las buenas , de las que se recogen directas del campo . Hace unos dias mi compi Meli - tita Meli para mis niños - me trajo un montón de hojas de otoño que el peque necesitaba para un trabajo del cole y un saquito de castañas directas del Aracena , un pueblo de la sierra de Huelva .
Como os he contado en otras ocasiones mis hijos , sobre todo Miguel el mayor , comen como jabatos , comen de todo , da igual el color , el sabor , si nunca lo han probado o si están cansados de comerlo en casa . Claro que iba yo a hacer con un saquito magnífico de castañas de las buenas ,
¿asarlas ? sería genial si comprase un saco de 5 kilos pero no es el caso , así que hicimos harina de castañas y el resto las asamos con romero para "merendar " . Con la harina preparamos
me envió a casa su dispensador mágico de 1 litro de capacidad , al principio pensé que no le iba a sacar demasiada utilidad , pero si cocinas en casa con los niños es un inventazo , hasta ahora usábamos la cuchara de los helados y se ponia todo perdido !! .
Con el dispensador ahorramos tiempo , porque es más rápido repartir la masa , evitamos salpicaduras por su sistema antigoteo , es fácil de usar por los peques de la casa y no sé a los vuestros pero esa autonomía a mis hijos les encanta les hace sentirse genial poder hacer estas cosas tan simples solos . Tiene un mantenimiento muy sencillo y podemos meterlo en el lavavajillas
Esta vez fue Irene la que me ayudó con la merienda y eso de presionar el asa y controlar la salida del contenido le funcionó muy bien , tanto que repetimos la masa de las magdalenas .
¿Te apetece una magdalena recién hecha por Irene y por mi ?
Te esperamos con la mesa puesta