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Magia

Publicado el 07 abril 2011 por Cosechadel66

Juan hace magia. Él realiza trucos imposibles haciendo que la mano sea más rápida que la vista y trayendo a la vida los sueños. Juan es un mago. Él parece hacer cosas que no tienen explicación, espectaculares trucos a la luz de los focos bajo la carpa. Tiene barajas y pañuelos, conejos y chisteras, una varita y un par de palomas mensajeras.

Juan no oye los aplausos, pero ve como mueve sus manos aplaudiendo y como sus labios forman cientos de sonrisas. Juan es un mago sordo. Él ve el brillo de los ojos de los críos al terminar los trucos, o como Blas, el director de pista, le hace gestos pidiendo un truco más a petición del público. Y él se saca otro conejo o esconde otra carta.

Al otro lado del silencio y del espejo, Juan es el mejor payaso. Ningún truco le sale, pero él parece tan satisfecho al terminarlos que el público le admira como actor. Las cartas se le salen de la manga y los conejos se le escapan para ligar con las palomas. Él lo intenta, pero cuando hace aparecer una carta es siempre negra si debe salir roja y de picas si de corazones se trataba. Y Juan sigue con su magia mientras las risas premian sus payasadas. Él no quiere hacer reír, pero la gente sonríe al verle desgarbado detrás de la mesa al que el movimiento del mantel ha dejado a la vista el doble fondo. El mago sordo aprende trucos nuevos que nunca funcionan para el resto del mundo, y la gente ve gags geniales de un humor e ironía excepcionales.

Juan es feliz. Él hace magia. Ellos son felices, les hace reír un payaso que se hace pasar por mago. Juan no oye y ellos no saben que no finge. Un juego de espejos y silencios. El verdadero mago es la vida.

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