Magia en Misiones

Cuando visitamos Misiones no solo nos deslumbramos con las imponentes Cataratas del Iguazú y todo lo que se puede hacer en la ciudad de Puerto Iguazú y sus alrededores, sino que también viajamos con el propósito de llevar adelante nuestro proyecto social y de que Tahiel siga empapándose de lo lindo que es viajar en familia y continúe aprendiendo todo lo que los viajes tienen para enseñarle.

Cada vez que nos ponemos en contacto con un director de escuela rural o con alguien que pueda ayudarnos a llegar a  una escuela no sabemos cómo lo van a tomar ni cómo nos van a recibir. Puede resultar extraño, pero no es tan fácil ponerse en contacto con las escuelas o instituciones donde nos presentamos. En este caso, por suerte, nos recibieron con muy buena predisposición y los resultados fueron excelentes.
Después de buscar en la web y de contactarme con Apaer sin tener buenas respuestas, apareció una nota en el diario La Nación que hablaba de un maestro rural de El Soberbio. Había un mail y decidí escribirle. Me imaginé que después de salir en esa nota, iba a recibir muchísimos mails, pero lo envié igual pensando que a lo mejor me respondía. El maestro era Martín, de la Escuela “Educación para las Primaveras”, y no solo me respondió el mail, sino que me pasó el contacto de otros maestros y nos recibió una noche en su casa, al lado de la escuela.
En su casa, Tahiel conoció a su hijo, Camilo, y pasaron muchas horas jugando. Por eso, en su columna, Tahiel cuenta que todo lo que hizo con Camilo se suma a las lista de Cosas que voy a extrañar de Misiones.

La escuela de Martín se ubica a unos pocos kilómetros de la localidad de El Soberbio. Es la Escuela N° 940 Educación para las Primaveras. Es una hermosa escuela, llena de murales de colores, con juegos, espacios para la comunidad rural y un entorno verde que invita a quedarse más de un día. Martín vive con su esposa e hijos en la casita naranja y verde “de al lado”, que construyeron con la ayuda de los papás de los chicos que concurren todos los días a la escuela.

Presentarnos allí y poder compartir con ellos parte de su vida fue una experiencia enriquecedora. Tahiel jugó y se divirtió como uno más del grupo y eso nos encanta. Se adaptó a las nuevas propuestas de sus amigos, nos siguió regalando esa sonrisa que tanto nos enamora y siguió sorprendiéndose con cada juego de su papá.
Esta escuela, además, va a quedar siempre en nuestros recuerdos por ser la primera vez que nos presentamos con el TALLER de MAGIA. Hasta ahora, siempre habíamos hecho solo la charla educativa y el show, pero como siempre está bueno intentar cosas nuevas, decidimos incorporar (cuando se pueda) el taller de magia. Esta vez fue a la tarde, con los más grandes y nos sorprendió el interés y la concentración con la que se sumaron a la propuesta. El taller es un momento para compartir, donde todos están en igualdad de condiciones ante el desconocimiento de lo que tienen que aprender, un momento para recuperar el compañerismo y la ayuda al otro, un espacio para sentirse orgulloso de los pequeños logros que se alcanzan paso a paso. Y es, sobre todo, un tiempo de diversión.

Algunas fotos del taller de la tarde.

Al otro día, nos levantamos temprano, desayunamos y Martín nos llevó en su vieja camioneta hasta otra escuela cercana. En este caso, la escuela 373. Cuando llegamos, la directora nos recibió con una hermosa sonrisa (y un caramelo y una manzana para Tahiel). Nos preparamos y entramos al aula. Los chicos ya estaban todos listos y expectantes a lo que pudiera pasar.
– ¿Alguna vez vieron magia?, preguntó Dino apenas terminó de acomodarse.
– Noooooo, gritaron bien fuerte y al mismo tiempo los chicos de 5to grado de la escuela 373.
Esta es otra de las razones por las que queremos seguir compartiendo este hermoso arte que tantas sonrisas y alegría genera.

Javier es otro maestro rural. Lo conocimos gracias al contacto de Martín. Javier vive en Puerto Iguazú, pero todos los días va a su escuela en la aldea guaraní Jasy Porá. Habías combinado con él para visitar su escuela y la de otra aldea cercana, pero la lluvia solo nos permitió ir a una sola. Su escuela es grande, tiene todas las comedidas para los chicos y es la única contracción de material en la aldea, donde las vivencias son sumamente precarias.
Cuando volvimos de presentarnos ese día, escribimos en FB:
“Sigue la lluvia en Puerto Iguazú, pero los chicos de la aldea guaraní Jasy Pora nos esperaban. Tomamos un remis hasta la entrada a la aldea, nos pusimos las capas y caminamos hasta la escuela por el sendero que nos habían indicado. Apenas pisamos el aula, la lluvia cayó con más fuerza y, a los pocos minutos, se cortó la luz. Pero eso tampoco nos iba a detener. Sacamos las sillas al patio y allí, con muy poca luz (por eso muchas fotos están “movidas”) y con los pocos chicos que habían asistido, dimos rienda suelta a las sonrisas y a la alegría. ¡Hermosa experiencia! Tahiel disfrutó mucho, se embarró, jugó con un globo junto a otros nenes, disfrutó de la magia como el fan número uno (tememos que algún día se canse de verlo a su papá) y hasta escribió su nombre en el pizarrón”.

Cuando lo vemos a Tahiel entre los chicos, cuando se adapta a todo lo que le proponemos, cuando nos hace preguntas sobre lo que ve, cuando disfruta de la magia como si fuera la primera vez, cuando algo no le gusta y nos lo hace saber, cuando habla de países, continentes y aviones, cuando nos abraza y nos dice que nos ama, cuando lo vemos feliz… sentimos que todos los esfuerzos valen la pena. Ojalá podamos seguir mostrándole el mundo en todas sus facetas.

En este video les compartimos un resumen de las presentaciones de Magia en el Camino en Misiones. Ojalá lo disfruten como nosotros.

Agradecemos a Andes Líneas Aérea y a Cuenca del Plata turismo por acompañarnos en este viaje y en nuestro proyecto social por Misiones. Si están pensando en contratar excursiones, no dejen de consultar precios y servicios con Cuenca del Plata.

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