Como cada año, al igual que los turrones y navidad llega otra película de Woody Allen. El octogenario director que suma a día de hoy 50 películas como director según IMDB, parece querer superar a John Ford o a otros incansables directores de la historia del cine manteniendo su ritmo de una película anual. El incombustible neoyorquino no necesita presentación, director alabado y reconocido a quien se le perdonan los tropiezos porqué por muy mal que lo haga siempre tiene el toque “Woody Allen, llega este año con Magic in the moonlight (Magia a la luz de la Luna). El film con críticas variadas que le dan el aprobado raspado llega a nuestras pantallas hoy viernes.
La obra nos sitúa en la Francia de los años 20, durante la época dorada del jazz y nos presenta a Stanley, un mago inglés que hace sus espectáculos vestido de chino y que tiene un estricto sentido del realismo. Por petición de su amigo Howard se dirige a la costa azul francesa para desenmascarar a Sophie una chica que afirma tener poderes de medium.
La película plantea un choque entre dos posiciones hacia la vida, por un lado la visión de una persona que no descarta que pueda existir algo más allá de lo que los seres humanos pueden ver, y por otro lado, una visión absolutamente rígida de que no hay nada más allá de lo que puede ver y descubrir el ser humano con su inteligencia y sus sentidos. Este choque planteado con humor y sin buscar gran complejidad en los debates es usado para desarrollar una incrédula historia de amor.
Los giros de guión y los cambios en los personajes caracteres se ven forzados y poco creíbles ante situaciones poco probables. Todo requiere un salto de fe del espectador que no debería ser necesario. Aun así, el film con una fotografía luminosa y una banda sonora llena de buen rollo hace que te compadezcas de él y te entretenga durante su visionado. La marca Allen, las discusiones, momentos hipocondríacos de algunos personajes y algunas situaciones llevadas al absurdo siguen indiscutibles, aunque su frescura y su originalidad no aparece por ningún lado. Queda patente que es una película del director judío, pero es una película que ya ha hecho y que el espectador ya ha visto.
En Magic in the Moonlight (Magia a la luz de la luna) los premiados con un rol en el film son Colin Firth y Emma Stone como protagonistas interpretando a Stanley y Sophie respectivamente. El primero es el encargado de dar el toque neurótico, y es paradójicamente el que está más desdibujado, aunque el actor hace una buena actuación. Stone demuestra su estilo más chic y más vintage, mostrando sus mejores dotes cómicas. Como secundarios figuran Marcia Gay Harden, Jacki Weaver, Eileen Atkins, Simon McBurney y Hamish Linklater como secundarios, entre muchos otros.
El film es un mediocre ejercicio dentro de la basta filmografía de Woody Allen, aun así película disfrutable para el que no se acerque con demasiadas pretensiones. Feel good movie del genio neoyorkino que se niega a retirarse bajo ningún concepto.
NOTA