Magnificencia.
La vi en el viento
tras una cortina de niebla encantadora,
la vi deslizarse despacio
y llenar cada rincón de cada sitio que tocaba.
La tomé entre mis brazos sin dudas
como quien sujeta su destino tras haberlo anticipado,
y luego se permite refugiarse en su alegría.
(Sí, yo era muy feliz)
La amé despacio en cada día
mientras deshojaba los atardeceres a su lado,
la amé de una y tantas formas,
que un solo juego de estaciones…
No me alcanzaría jamás para contarlo.
Fue entonces cuando el sol se hizo sonrisa
germinando las semillas en su vientre,
clamando primaveras a nuestros nombres…
Y refugiando la vida en cada poro.
Así pasaba el tiempo lentamente,
treinta y treinta y uno eran los bloques
de uno en uno hasta llegar a nueve.
De cielos rosas se llenaron nuestros días
mientras los pulmones nos mostraban ya su fuerza,
el tiempo se detuvo por un instante…
Y entonces la vi.
La vi en el viento
tras una cortina de niebla encantadora,
la vi deslizarse despacio
y llenar cada rincón de cada sitio que tocaba.
La tomé entre mis brazos sin dudas
como quien sujeta su destino tras haberlo anticipado,
y luego se permite refugiarse en su alegría.
(Sí, yo era aún inclusive más feliz)
La amé despacio en cada día
mientras deshojaba los atardeceres a su lado,
la amé de una y tantas formas,
que un solo juego de estaciones…
No me alcanzaría jamás para contarlo.
-Magnificencia-