Maíz transgénico: Un mundo aún por descubrir

Sara Pérez Jerónimo

Periodista

Cuando se habla de transgénicos, lo primero que aparece en la mente de la gran mayoría de la población, como si de un cartel de neón se tratase, es una visión llena de connotaciones negativas e interrogantes. Hoy en día, y pese a que cada día la sociedad tiene mayor acceso a la información, los transgénicos siguen siendo algo desconocido para la mayoría. Me resulta inevitable lanzar una pregunta abierta, a la que se debería contestar con toda sinceridad ¿realmente todo aquellos que vetan los transgénicos sin tan siquiera hacer una reflexión y elaborar una respuesta fundamentada, saben lo que son?

 “Aspectos ambientales de los cultivos transgénicos” fue el título elegido por Fundación Antama para englobar una jornada de trabajo dirigida a periodistas especializados en medio ambiente y agricultura. Celebrada el pasado viernes en Lleida, contó con la asistencia, entre otros periodistas especializados de de Luis Guijarro, presidente de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).

Pese al día elegido, muy cercano al fin de semana, y  a la excesiva duración de la jornada, un grupo de periodistas especializados ávido de información se congregó en las puertas del hotel AC de Lleida dispuesto a aclarar conceptos y saber un poquito más sobre el tema.

La primera parada de las jornadas fue una visita guiada a un campo de experimentación de maíz transgénico en Gimenells. Bajo la atenta mirada de todos los asistentes, Carlos Martín, ingeniero técnico agrícola y técnico de desarrollo en Monsanto, una de las principales compañías productoras de semillas modificadas genéticamente, fue el encargado de poner las primeras pinceladas sobre el tema. Explicó a los asistentes la evolución del cultivo de maíz desde sus inicios y las aplicaciones que la Biotecnología aporta a él. 

Con su sonrisa sincera y tímida, Joaquima Messeguer, investigadora del IRTA y experta en temas de coexistencia ambiental, daba su propia visión sobre algunos temas, perfilando datos y captando la atención de todos con sus lúcidas ideas. De este modo consiguió despejar las dudas de aquellos periodistas que por primera vez se acercaban a un campo de  maíz modificado genéticamente.

Todo se complementó con una mesa redonda, compuesta por amigos y colegas de profesión y encabezada por José Luis Romeo, agricultor y presidente de la Asociación de Agricultores ProBiotecnología (ProBio) y Gonzalo Niubó miembro de la misma, quienes narraron sus experiencias de primera mano, sin tecnicismos, desde un punto de vista del día a día en el campo.

Aunque faltó algo de contenido,  la sensación final fue de satisfacción generalizada, de saber un poco más sobre un mundo complejo en el que aún quedan muchas cosas por hacer. Más información, fiel a la realidad, sin estereotipos y asequible a un público no especializado son algunas de las prioridades de la lista.

Porque los transgénicos son una opción tan válida como cualquier otra. Porque son una vía para intentar paliar el hambre, producir más alimentos, obtener cosechas en lugares complicados, obteniendo productos más sanos y más seguros que otros muchos. Para que por fin, cambie la visión que se tiene de estos alimentos y todo lo que le rodea, porque al fin y al cabo, como dijo y concluyó Gonzalo Niubó “esperamos estar haciendo algo que sirva para la humanidad”.