Los necesarios niveles de cosecha de maíz seco y sorgo para la alimentación animal que debe obtener la provincia en sus tierras, se ven afectados por la carencia de cosechadoras, estas debieron llegar antes del pico de corte que se origina en los meses de agosto, septiembre y octubre.
Como medida emergente el Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal (GEAF) gestionó con sus entidades superiores una máquina que llegó procedente de Pinar del Río, pero insuficiente para la cantidad de áreas a cortar, no solo en la empresa agropecuaria de Melena del Sur sino también en la Miguel Soneira Ríos, 9 de Abril y Batabanó que presentan un panorama similar de atraso.
Güines y Batabanó recibieron tres equipos del programa Más Alimento, pero existió retraso en su puesta en explotación ante la falta de recursos técnicos para las mismas, entre ellos, los filtros.
Las cosechadoras Jumil que laboran en el territorio no poseen piezas vitales para funcionar, lo que se suma a los años de explotación a que han sido sometidas.
El maíz y sorgo se siembran en los meses de marzo y abril, aprovechando los diversos nutrientes que permanecen en los suelos anteriormente sembrados de papa. El área total con estas características alcanza el 62 %.
Hasta el momento, de un programa de 5 000 t de maíz seco y sorgo hay entregadas 2 364 para el 50 % aproximadamente. Otros elementos que se adicionaron al atraso fueron las lluvias que afectaron considerablemente la cosecha, principalmente en Melena del Sur con significativos registros, y la rotura de la fábrica procesadora al inicio de la campaña, dificultad hoy solucionada.
“Hay una estricta planificación de los escasos recursos de corte que tenemos, pero estos son insuficientes y las roturas nos afectan con mucha fuerza. Priorizamos áreas más atrasadas; agosto, septiembre y octubre indudablemente que son muy tensos”, expresó Nelson Lorenzo Hernández, especialista principal de granos en el GEAF.
Indicó que “se han organizado cosechas a mano por los colectivos obreros y anapistas, pero los volúmenes son grandes y el trabajo manual es apenas una modesta alternativa”.
“Todas estas dificultades exigen al grupo mayor organización y planificación, máxima explotación de los pocos medios técnicos, y seguir aplicando cuanta alternativa impida que estos productos, que sustituyen exportaciones, se echen a perder en el campo y frustre el esfuerzo de los agricultores”, sentenció Nelson Lorenzo.
Por: Alberto G. Walón
Correo: albertogwamayabeque.cip.cu
Via:: Diario Mayabeque
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