
Todo empezó con este cutre esbozo a bolígrafo que luego amplié con algunos efectos de "post-po".

Variaciones sobre la idea original para reutilizarla como parte del álbum ilustrado que mostré aquí
Después amplié y calqué el esbozo redibujándolo hasta conseguir este dibujo con la ayuda de documentación gráfica.


A pesar de que no me convencía demasiado, hice esta prueba de color con lápices de colores:

Y con el formato apaisado de doble página, propio del álbum ilustrado, empecé por el fondo y después continué con los detalles:

Como el resultado seguía sin convencerme, lo tiré y volví a repetirlo (sí, soy así de maniática).
Esta vez me ceñí al formato cuadrado (reconozco que soy un poco tacaña; quería reutilizar la imagen como parte del proyecto). Escaneé el dibujo a línea y lo dupliqué varias veces en una hoja para obtener miniaturas que más tarde pinté con acuarela:
Me basé en esta imagen, algo más acorde con la sensación que quería transmitir.

Siempre he sentido predilección por el suelo rojo. Creo que lo vi por primera vez en este álbum ilustrado de mi admirada Rebeca Luciani, La nube de Martín, que tuve muy en cuenta:

Así como estos tonos cálidos y amables de Ferrándiz:

Salvando las distancias con este par de maestros, ahora sí que me iba aproximando a la idea que tenía en mente:

A pesar de la temática navideña, pinté esta ilustración en pleno mes de agosto.
No quería que la falta de tiempo boicoteara mi propósito de felicitar las navidades con una nueva ilustración. Beneficios de hacer una buena planificación y previsión ;)
