Ante los datos de las últimas elecciones argentas, no dejan de traerme a la memoria la situación de la Alemania pre nazi y los EEUU antes de Trump ¿Cuanto falta para un Bolsonaro argentino? Un domingo donde los goles fueron reemplazados por el voto castigo contra un gobierno nacional alejado de los problemas básicos de la gente común, voto castigo que no puede sorprender a nadie, excepción hecha de su tamaño portentoso. Se ve que lo de "la memoria social reciente del desastre que fue el macrismo" no era tan así como nos lo vendieron. ¿O sí? En 2015 las mayorías votaron a los chetos de Corporación Cambiemos para castigar al peronismo. En 2019 votaron al peronismo para castigar a los castigadores. Ahora, de nuevo, usan a Juntos por el Cambio para apalear al peronismo. Al final, siempre el pueblo termina dandose palos contra él mismo, mientras el mercado vio de manera positiva el resultado electoral, entendido como una presión mayor hacia la apertura y el acuerdo con el FMI. Si seguimos así, las mayorías se seguirán castigando a sí mismas buscando falsas salidas en política tradicional, mafias amarillas o en fachos libertarios.
La paradoja del "voto castigo" es que premió a aquellos que hace menos de dos años la sociedad castigó. La sucesión de "votos-castigo" pone de manifiesto un régimen político en impasse y una sociedad sin rumbo. Quizás lo llamativo es la extensión de la ola (peste) amarilla fue tal que cubrió la mayor parte de la Argentina, algo que se produjo sin que la mayoría social le haya reclamado a Juntos por el Cambio autocrítica alguna por el desastre que dejó en el país en diciembre de 2019 ni seguridades sobre un "segundo tiempo" mejor. Incluso ahora, la campaña por las elecciones PASO culminó con fuertes propuestas económicas de los amarillos: una de ellas en boca de Rodríguez Larreta fue la de eliminar las indemnizaciones por despido. La misma está plasmada en proyectos de ley de legisladores que le responden, así que, de ningún modo, puede pensarse como un exabrupto.
A simple vista parece una buena elección de la mafia macrista. Pero no hay que analizar los votos que sacó el macrismo, es un error. La lectura pasa por que perdió un gobierno peronista que consolidó y cristalizó la injusticia social que había dejado el macrismo. Y por las cagadas que se mandaron solos: mientras que los amarillos y afines han fidelizado el voto gorila, los peronistas han perdido montones de votos tanto de peronistas como de independientes. Entre las PASO de 2019 y de 2021 el Frente de Todos perdió 4 millones de votos, mientras que Juntos por el Cambio consiguió solamente 800 mil más. Es anecdótico pero una muestra de lo que han resultado estas elecciones: En la escuela San José, de San Fernando, la boleta del Carpincho le ganó a Guillermo Moreno y a Cinthia Fernández.
Sin concreciones y sin propuestas esperanzadoras, la campaña de Todos fue algo así como una segunda marca de duranbarbismo, sin globos, alegría ni idea de futuro. Había que ser ciego para no ver que, en una campaña despolitizada que giró en torno a pelotudeces todo el tiempo y con malaria económica en el bolsillo de la gente, el oficialismo tenía todas las de perder. Es imposible encantar mayorías con índices tan altos de pobreza. Con nueve millones de personas que se quedaron sin Ingreso Familiar de Emergencia al tercer mes de cobrarlo y hoy hacen malabares para llegar a fin de mes o tienen que agachar la cabeza y pasar a buscar una bolsa de comida o almorzar en un comedor comunitario. Si la inflación orilla el 50 % y los salarios quedan siempre por detrás. Si la política y los políticos siguen gozando de los privilegios de los que no gozamos el resto de los mortales. Si dicen una cosa y hacen la otra .
Salvo que la especie humana haya evolucionado de un modo que desconocemos, la víscera más sensible del hombre sigue siendo el bolsillo, y la gente sigue teniendo que comer todos los días. Da bronca tener que explicar estas obviedades en un gobierno peronista. Y le regalan el triunfo a la ultraderecha argentina.
Por su parte, los "liberfachos" con "el rebuzno de la barbarie" a la cabeza, obteniendo el nivel de las históricas elecciones de la UCEDE en la ciudad (una candidatura sostenida "artificialmente" por los grandes medios y grupos empresarios; Milei es empleado del grupo América y de Martín Eurnekian) y nacionalmente –también haciendo una suma arbitraria- estarían obteniendo según Clarín el 7.5%. Por supuesto que Milei y el liberalismo en general que se ha desarrollado en Argentina nunca fue demasiado coherente en el sentido de que era liberal solo para lo económico pero siempre fue conservador en lo moral tal como lo demuestra el modo en que muchos de los denominados liberales se opusieron a una reivindicación liberal como la de la legalización del aborto, por ejemplo. Liberalismo facho a la argentina.Más allá de su suerte inmediata, una ventaja de este discurso que dice cosas viejísimas pero en los medios y en Twitter, es que pega en sectores largamente empobrecidos y desencantados, colectivo que incluye a quienes no pertenecen a esa categoría por ingresos pero sí por autopercepción, o en sectores nacionalistas y desean la vuelta a algo que se perdió (caso los electores de Trump). Sectores a los que el Frente de Todos no les está diciendo demasiado, a los que Juntos por el Cambio decepcionó en su traumático paso por el poder y que, en todos lados y en diversos momentos históricos, ha prestado oídos a ese tipo de propuestas en coyunturas como la actual de la Argentina.
El discurso de la nueva ultraderecha es absolutamente liberal en lo económico, algo que –desde ya– no es un problema y constituye apenas una oferta más dentro del “mercado” electoral. Lo espinoso surge de su verdadera raíz ideológica, una que asocia la defensa fanática de la "libertad" a la libre disposición de la propiedad privada y que asume no tener nada que ver con la democracia tal como se la entiende en casi todo el mundo.
Luego de tanto facismo y antihumanismo repartido en su sentido común ¿Aparecerá al fin el Bolsonario argentino? ¿O tomaremos la salida chilena? ¿Cuantas opciones quedan en pie?
Nadie lo sabe pero ya no queda mucho tiempo... Hoy, la reconstrucción del tejido social perdido en la larga noche neoliberal es más necesaria que nunca.
La paradoja es que estos pibes, que suelen hablar en términos muy darwinistas de la sociedad, o de cómo la sociedad debería funcionar, son claramente pibes que tristemente nunca pudieron adaptarse a ella y por eso fueron dejados atrás por el resto de nosotros. https://t.co/9CVqsI8JdK
— agua mineral y fragancia (@contrarreforma) September 7, 2021