Una brigada con espíritu de Contingente debe haberse creado en el ICRT, organismo que rige la televisión nacional bajo la orientación de, ¿Rolando Alfonso se llama?, o quien ocupe el puesto de ideólogo en el Partido, brigada a la que se ha dado la tarea de programar para el televidente cubano cuanta película tenga un enfoque crítico sobre la sociedad norteamericana: sus medios, sus políticos, su sistema judicial, su educación, lo que sea.
Las hay buenas y olvidables, pero un detalle no debe pasar inadvertido; de las puestas hasta ahora, ni una fue producida por Rusia o la ex URSS; tampoco por China o Irán; ni siquiera por Norcorea. Todas producidas, dirigidas y filmadas en los Estados Unidos.
Donde mi vecino Tomás, hombre de Granma y Mesa Redonda, ve la terrible decadencia de un sistema, y agradece lo que nos da dado la Revolución, yo veo una sociedad capaz de aprender de los errores, y veo sobre todo, que ninguno de los involucrados en esos proyectos ha sido procesado, ha sido detenido, ha sido molestado siquiera por involucrarse en ellos. Todo lo más, algún vecino Tomás, le volteará el rostro al cruzarse y escupirá en la calle. Eso es lo que yo veo. Lo que ven otros los hace tratar de concebir un plan con éxito para llegar con los pies secos al lugar de los defectos.
Democracia. Imperfecta, pero curándose en salud. Mientras la aguerrida tropa de choque nos prepara nuevas entregas de la decadencia imperialista, los enteros de El Paquete suben, y seguirán subiendo mientras se empeñen en este remake de la Batalla de Ideas.