Los gases y la flatulencia son una dolencia muy común, que afecta a un alto porcentaje de la población adulta. Estos pueden atacar todo el organismo, aunque se considera que su origen se encuentra el la parte superior del aparato gastrointestinal, debido a un mal funcionamiento del mismo, pero provocados en la mayoría de los casos por el sistema nervioso y, ¡como no!, por el estrés, la ansiedad, y el exceso de nervios, que repercuten directamente en el proceso digestivo.
Cuando este proceso continúa, la acumulación de gases pasa a la zona media del abdomen (zona del ombligo) provocando hinchazón; en estos casos ya se encontrará también implicado el sistema endocrino. Si la inflamación de los gases se extiende por debajo del ombligo, producirá además una caída de las defensas que dependan de la flora intestinal. Todo el proceso se debe a una mala fermentación de los alimentos que comemos. Durante la digestión se produce un proceso de fermentación, que forma parte de la misma y que es imprescindible para que los nutrientes sean asimilados por nuestro organismo.
MALA FERMENTACIÓN DIGESTIVA Y GASES
Si la fermentación se altera, siendo más rápida o lenta de lo normal, se producen los tan molestos gases. En estos casos, existen multitud de remedios que podemos tomar, pero algunos de ellos son de probada eficacia, ya que a lo largo del tiempo han demostrado su capacidad de ayudarnos en este problema. Posiblemente, uno de los más conocidos sea el carbón vegetal, que absorbe los gases intestinales. Si el carbón vegetal ha sido tratado con agentes activadores de esta función de absorción, se le denomina carbón activado. Este tratamiento aumenta de un espectacular su eficacia (ya que se incrementa su superficie de absorción).
Este remedio se utiliza también para eliminar sustancias de desecho y grasas, por lo que a menudo también se emplea en las dietas de adelgazamiento. La raíz de angélica es un remedio “de siempre” para las digestiones pesadas, ya que regula el peristaltismo intestinal, del intestino delgado. A menudo se utiliza para despertar el apetito de los convalecientes, y además regula la secreción gástrica. Se usa en dispepsia, gases y espasmos gastrointestinales, lo que le convierte en un remedio mágico para muchas personas.
El rabo de gato se usa como digestivo sobre todo en úlceras gastroduodenales, espasmos gastrointestinales y falta de jugos gástricos. Además es un buen desinflamante y elimina muy bien los gases de todo el trayecto. La mala fermentación puede dar lugar a infecciones de todo tipo (bacterianas, fúngicas y virales), además de salmonelosis y candidiasis, las cuales pueden ser eficazmente tratadas con las semillas de pomelo, que higienizan el medio, eliminando gases y la flora dañada por la putrefacción de la mala fermentación.
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