Cuando queremos seleccionar una forma de presentación mineral se ha de tener en cuenta los beneficios adicionales que nos puede aportar el ligando. El ácido málico es un compuesto orgánico (pertenece a un grupo de ácidos orgánicos débiles conocidos como ácidos alfa hidroxi) que se encuentra en algunas frutas y verduras con sabor ácido como membrillos, uvas, manzanas (tal es así que es habitualmente denominado como “ácido de manzana”) y cerezas no maduras, entre otras.
El ácido málico está también presente de manera natural en las células de organismo humano y es continuamente descompuesto y regenerado. Es parte principal del ciclo de Krebs (proceso que tiene lugar dentro de la mitocondria celular para obtener energía de los alimentos). La función del ácido málico es participar en el complejo proceso de obtención de adenosín trifosfato (denominado también como ATP, que es la energía que utiliza el organismo). Parece ser que la deficiencia de ácido málico en los tejidos puede ser uno de los factores presentes en la fibromialgia.

Existen varias sales del ácido málico que genéricamente se denominan malatos. Al igual que el citrato de calcio, el malato dicálcico (calcio que está quelado con ácido málico) es mejor absorbido que las sales inorgánicas como el calcio carbonato. De todas formas, este tipo de sal orgánica posee además beneficios adicionales, debido a que cada molécula de ácido málico posee dos grupos carboxilo en vez de uno, un ión de calcio puede fijarse a cada grupo. Esto efectivamente dobla la cantidad de calcio obtenido a partir del complejo de malato. El malato dicálcico aporta un 30% de calcio elemental y un 64% de ácido málico del peso total.
El malato dicálcico es una buena elección para todo aquel que busque maximizar la absorción a partir de sus suplementos de calcio. No sólo parece que es bien absorbido, sino que también en un reciente estudio se encontró que de las cuatro formas estudiadas, el malato de calcio elevó los niveles de calcio sérico durante el período de tiempo más largo.