Años 50 (no lo dice el libro, pero se deduce por la ambientación y algunos comentarios que he leído). Diego del Valle es un terrateniente que pertenece a la quinta generación de una familia adinerada y poderosa que controla el entorno rural de donde residen. Diego tiene una mujer, Adela, que lo quiere más que a nada en el mundo, pero su orgullo, sus celos y su carácter machista le hacen desconfiar de ella y de la paternidad de la hija que viene en camino: Lucía, una hija a la que no reconoce al nacer, a la que apoda "Maldita", y a la que condena a vivir en la antigua casucha de los guardeses.Tenía mucha curiosidad y temor a la hora de leer este libro. Lo tenía en digital. Seguía a Mercedes en las redes, su trayectoria, su evolución, pero no me había acercado a sus novelas. Por un lado, pensaba que tantos lectores no podían estar equivocados, pero por otro temía a mis altas expectativas y a algunos detalles que ya conocía de antemano al leer tantas reseñas, como que el libro no se divide en capítulos (manías de lectora), que tiene algunas erratas, o que sus personajes están algo estereotipados (el malo malísimo, el malo que crece acomplejado e inseguro a causa de secuelas de un accidente, la niña perfecta etc). Al final, seguí mis impulsos, Mercedes venía a la Feria del libro de la ciudad, así que lo compré en papel y le hice una visita para que me lo firmara.Atrás quedaron esos pequeños temores en cuanto empecé a leer la novela, una historia, que sin ser de suspense ni un thriller, me ha quitado más horas de sueño que otros títulos propios del género. "Maldita" es una historia familiar cargada de emotividad. Mercedes juga con las emociones del lector, lo hace pasar de la indignación y el odio a la compasión sobre un mismo personaje, porque estamos ante una novela de personajes.
No cabe duda de que Lucía es la protagonista, una niña con una inteligencia intelectual y emocional especialmente desarrollada, una niña que se crece ante las adversidades y la falta de cariño, una chica que podría parecer demasiado perfecta, pero que logra cautivar a quien la conoce. Pero Lucía está rodeada de una amalgama de personajes muy bien construidos, muy creíbles, y esto es lo que más me ha gustado del libro, además de ser uno de los factores que me hacen admirar a un escritor: la capacidad de dar vida a distintos personajes, con distintas voces, características y matices.
Así, conocemos a Diego, un hombre incapaz de pedir perdón, altanero, egoísta, incapaz de caer en sentimentalismo alguno, pero por el que llegamos a sentir algo de compasión al conocer su pasado y sus carencias afectivas. Carmen, una abuela fuerte y luchadora; Herminia, un ama de llaves que sabe manejar a Diego; Pedro, siempre leal pese a que no lo merezca el principal destinatario de su amistad; Luisa y Juan, los vecinos; el inquietante Juanito; Ángel, haciendo honor a su nombre...Personajes que se desarrollan en una logradísima ambientación, que llegan para quedarse y permanecer en la memoria lectora una vez finalizada la novela. ¿Alguna pega? seguramente el final, pero es tan bueno en general que no merece la pena comentarlo.Una historia de secretos, penurias y miserias familiares a los que una niña tan especial trata de poner fin. ¿Lo conseguirá? Solo me queda añadir que este libro merece tener una larga vida, más allá de los intereses editoriales o del tipo de promoción que se haga de él. Para saber más de la autora, pinchad aquí.