
Me acojonaban con 7, me me acojonan con 23 y, visto lo visto, seguirán consiguiéndolo cuando roce los 40 años. Los exámenes son el cuento de nunca acabar ¡Sobre todo en tiempos de crisis! Ahora todo título es poco para ganarse una nómina. Si los tengo sueño con no tenerlos, y si no los tengo también los sueño. Más que sueños, resultan pesadillas...Esa pesadilla recurrente de sentarse ante un folio y quedarse en blanco tras leer las preguntas (mientras a tu alrededor todos escriben más rápido que deprisa) ¡Esa pesadilla que en ocasiones parece hacerse real! Entras en el aula con los codos desgastados y los ojos escoltados por profundas ojeras; tomas asiento y esperas la inminente llegada de ese enemigo al que llaman profesor. "¿Qué crees que habrá puesto? ¿Has estudiado mucho?" cuchichean varios a tu alrededor, mientras ojean los apuntes por milésima vez con la esperanza de salvar los muebles. Las uñas desaparecen mientras se escuchan sus pasos... "Recojan, sólo bolígrafo azul. Tienen 60 minutos " Algunos se lo saben, otros copian, y los hay que miran al techo con la esperanza de ver aparecer a la virgen. Ojalá, el próximo jueves, servidor sea de los primeros.
