Revista Sociedad

Maldito estrés

Publicado el 05 abril 2013 por Moisesorta @ortainsession
               Dicen que a todo se acostumbra uno. A la pena y a la gloria, al frío y al calor;  al trabajo, a madrugar y a la temida suegra. Incluso a la guerra, según cuentan, se le pierde el respeto cuando se convierte en el pan de cada día (El país). Parece que con el tiempo, con el uso, todo nos empieza a dar más o menos igual. De tanto repetir y repetir, sacamos dulce hasta del trago más amargo de cerveza. Si lo dicho es cierto, no entiendo cómo sigo odiando tanto los exámenes ¿Son la excepción que confirma la regla? Una vida haciéndolos y la simple palabra me revuelve las tripas "El día 11 examen" Los anotas en el calendario con tembleque de muñeca y se acercan, se acercan, se acercan... Esa angustiosa presión en el pecho, ese temor hacia los libros y el reloj, esa sensación de jugarse tanto en tan poco, ese presentimiento de fracaso estrepitoso. Prácticamente imposible olvidarse de ellos y, si por suerte encuentras ese minuto de desconexión, algún compañero de batalla llamará por teléfono para preguntarte dudas...Dudas que se suman a las que ya tenías. 
Maldito estrés
           Me acojonaban con 7, me me acojonan con 23 y, visto lo visto, seguirán consiguiéndolo cuando roce los 40 años. Los exámenes son el cuento de nunca acabar ¡Sobre todo en tiempos de crisis! Ahora todo título es poco para ganarse una nómina. Si los tengo sueño con no tenerlos, y si no los tengo también los sueño. Más que sueños, resultan pesadillas...Esa pesadilla recurrente de sentarse ante un folio y quedarse en blanco tras leer las preguntas (mientras a tu alrededor todos escriben más rápido que deprisa) ¡Esa pesadilla que en ocasiones parece hacerse real! Entras en el aula con los codos desgastados y los ojos escoltados por  profundas ojeras; tomas asiento y esperas la inminente llegada de ese enemigo al que llaman profesor. "¿Qué crees que habrá puesto? ¿Has estudiado mucho?" cuchichean varios a tu alrededor, mientras ojean los apuntes por milésima vez con la esperanza de salvar los muebles. Las uñas desaparecen mientras se escuchan sus pasos... "Recojan, sólo bolígrafo azul. Tienen 60 minutos " Algunos se lo saben, otros copian, y los hay que miran al techo con la esperanza de ver aparecer a la virgen. Ojalá, el próximo jueves, servidor sea de los primeros.

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