Robert Stromberg crea mundos fantásticos. El de Maleficent es un mundo extraordinario, a medio camino entre Avatar y el Laberinto de los Goblins.
Lo desconcertante es: Hacia dónde vamos si, a los peques se les empieza a contar historias de heroínas que saben encontrar el "amor verdadero", mientras a los mayores nos cuentan estupideces de adultos.
Es igual, qué más da, si sale Angelina Jolie que está estupenda y vuela super bien.