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Malentendido en Moscú

Publicado el 24 enero 2014 por Icíar
Escritora: Simone de Beauvoir
Malentendido en Moscú
Moscú, 1966. André y Nicole se encuentran de viaje. Tienen todo el tiempo libre del mundo.
Él, de 64 años, parece que lleva su edad  “con despreocupación”, al menos eso piensa ella. Es fumador y bebedor empedernido. Apasionado de la historia y los viajes.Ella también adora el humo, aunque controla más los grados. No se queda muy atrás en los años: tiene 60. Hace régimen; pasa hambre: “no se quiere engordar”. La vejez le pesa, se le olvida a menudo, pero es que qué fácil, que la vida que se renueva, te lo recuerda.
Se conocieron cuando aún eran jóvenes. Los dos son socialistas. Lectores y muy inquietos intelectualmente. Ahora los dos sienten la desolación de la vejez, la tristeza de la certeza de un futuro que viene sin porvenir, de falta de proyectos. Y ese vacío confuso que en algún sentido parece que acompaña a la vejez, los dos lo mantienen callado.
Desde esa frágil estabilidad, es desde donde ellos, en silencio, proyectan sus propias emociones e interpretan los sentimientos del otro. Surgen las dudas: “ya no es amor: tan sólo soy una costumbre”. ¿Había sido su historia una historia real o había sido, más bien, la historia que se habían contado a sí mismos? “¡pero qué agotador es odiar a alguien que se quiere!” Aunque también, con qué claridad se ve la urgencia de la huida.
La historia queda muy amenamente contada desde el lenguaje interior de ella y de él; abundan los diálogos, y resulta muy enriquecedor seguir el hilo de estos pensamientos que acaban en unos malentendidos que “comprometen seriamente ese sueño de soledad a dos”.
En ese análisis de lo vivido, además del hecho de envejecer, de interpretar lo vivido en el pasado y presente, surgen temas como el conflicto de ser feminista y aceptar con soltura tu feminidad; el aburrimiento; la política; la situación rusa; la amenaza nuclear; el rencor o invención de los rencores, si se quiere, del que percibe haber renunciado a aspiraciones propias; ….
Se dice que esta historia tiene mucho que ver con la relación de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. En definitiva una agradable confusión de unos personajes para disfrute del lector.
Me despido con una especie de definición que puede convenirnos sobre el exceso de edad: "¿más de 60 años? ¿Pero sabes acaso qué son los adultos, incluso los ancianos?: niños henchidos de edad".
NOTAS:
  1. Jean Paul Sartre,   1905-1980
  2. Simone de Beauvoir. 1908-1986


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