Ayer la selección española de fútbol “chorreó” a la francesa en el parisino estadio de Saint Denis ganando de una manera insultantemente fácil por cero goles a dos. Los tantos de Villa y Ramos fueron suficientes para doblegar a los galos en un partido a medio gas de la Roja.
Quién haya visto jugar ganar un Mundial y una Eurocopa a la Francia de Zidane, anhelará su magia, los goles de un Henry joven, la colocación y clase de Youri Djorkaeff, la contundencia de Marcel Desailly, el oportunismo del mejor Trézéguet, la solidez defensiva de Thuram, Lizarazu o Blanc, la jerarquía de Deschamps.
El único superviviente de todo ese equipo que dominó el mundo en el ocaso del último milenio es un Henry que pasea su estilizada figura francesa por el campo como alma en pena. El resto del equipo es un desastre, al díscolo Anelka no le llegan balones y él es un rematador nato, no es de los delanteros que se fabrican la jugada desde tres cuartos de campo. El responsable de asistirle, Yoann Gourcuff parece una mera sombra del futbolista que dirige y lidera brillantemente al líder de la Ligue 1, el Girondins de Burdeos.
El centro del campo del país vecino es un caos. ¿Por qué dos mediocentros defensivos fijos delante de los centrales? ¿Que sentido tiene poner a Lass y Toulalan juntos? Será que los mediocentros creativos franceses son todos Escorpio y no los quiere el bueno de Raymond Domenech. El astrólogo de los campos tuvo que escuchar gritos pidiendo su dimisión casi todo el partido, pero ahí sigue, resistiendo cual numantino.
Dijo el seleccionador más odiado del panorama europeo que se sentía aliviado porque solo se encontraría a España en una hipotética final y que ya pensaría como pararles llegado el momento. Desde aquí le recomendaría que no perdiera el tiempo, Francia no llegará a la final del Mundial y tengo serias dudas de que pasen la fase de grupos porque México y sobre todo Uruguay no van a regalarles nada.
En conclusión, que no se lleven ropa para muchos días a Sudáfrica, que esta selección francesa o cambia mucho o pronto vuelven a casita.