Llevamos unos cuantos meses en Madrid en los que respirar por la calle sabe mal y huele peor. Los altos niveles de contaminación están superando los límites legales, que teóricamente se marcan para proteger al ciudadano del grave peligro que esta supone para su salud. Las estaciones de medición del centro de Madrid exceden los valores límite legales marcados para todo el año de dióxido de nitrógeno.
Según dicen los entendidos, la culpa es del anticiclón que se ha instalado sobre media Europa estas últimas semanas, que retiene la contaminación y no la disipa. Y con el anticiclón las estaciones que miden la calidad del aire siguen dando valores muy altos de dióxido de nitrógeno. En la plaza Fernández Ladreda (Carabanchel) se registraron hasta las ocho de la tarde de ayer 25 superaciones; en la avenida de Ramón y Cajal (Chamartín) 22, y en Ensanche de Vallecas, 19.
Dióxido de Nitrógeno (NO2)
Con todo esto hemos aprendido lo que es el dióxido de nitrógeno, un compuesto muy nocivo para la salud que forma parte del grupo de contaminantes gaseosos que se producen como consecuencia del tráfico rodado. También hemos aprendido que la legislación europea permite un máximo de 18 superaciones horarias de 200 microgramos por metro cúbico en un año, cuando los niveles legales fijados están 40 µg/m³ de media. Madrid acumuló en Enero una media de 55,61 µg/m³ (microgramos por metro cúbico).
Lo cierto es que el dichoso gas que tan malos humos está provocando puede ser realmente problemático para la salud. Los estudios realizados sobre poblaciones humanas indican que la exposición a largo plazo al NO2, a los niveles que actualmente se registran en Europa, puede provocar una disminución de la función pulmonar y aumentar el riesgo de aparición de síntomas respiratorios como bronquitis aguda, tos y flema, especialmente en los niños.
El 10 de febrero de 2010, en la plaza Fernández Ladreda (Carabanchel) se registraron hasta las ocho de la tarde 25 superaciones de 200 microgramos por metro cúbico; en la Avenida de Ramón y Cajal (Chamartín) 22, y en Ensanche de Vallecas, 19. En la foto vemos la estación de Ramóm y Cajal, en la esquina con Príncipe de Vergara. (Foto: E.F.R.E., 11/02/2011)Según ha informado el Ayuntamiento, el NO2 es el único gas contaminante con el que Madrid supera los niveles marcados por la Unión Europea: el aire de la capital almacenó en enero, de media, 55,61 µg/m³ (microgramos por metro cúbico), una cifra por encima de los niveles legales, fijados en 40 µg/m³. El 77% de esta contaminación viene del tráfico rodado. El resto es responsabilidad, principalmente, de las calderas de combustión de los edificios de viviendas y del sector industrial.
Según datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac) y de vendedores (Ganvam) de automóviles, durante 2010 los segmentos medio-bajo, medio-alto, de lujo, monovolúmen grande y todoterreno de lujo registraron caídas de ventas, si bien en diciembre, las ventas de automóviles siguieron a la baja en todos los segmentos de mercado, excepto entre los vehículos de ejecutivo, los de lujo y los todoterrenos de pequeño tamaño y de tamaño medio. El 71% de los automóviles vendidos en 2010 fueron diésel, frente al 29% de gasolina.
Estos datos ilustran sobre lo que estamos hablando. Más coches, más coches contaminantes, más polución y más NO2.
Datos de las Estaciones automáticas de Medición de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid. Datos de la Estación de Ramón y Cajal el 11 de febrero de 2011 a las 22.00 horas. (Fuente: RVCAAM, 2011)Mediciones enmascaradas
Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid ha intentado enmascarar las mediciones, para adecuarse a la normativa de la UE, cambiando de lugar las estaciones medidoras más conflictivas, y así rebajar artificialmente los niveles de polución. Una manera de solucionar el problema eliminándolo. Curiosa y significativamente, las seis estaciones que no han registrado niveles excesivos están situadas en zonas verdes (Casa de Campo, Retiro, Sanchinarro, Villaverde, El Pardo y Juan Carlos I).
El fiscal coordinador de Medio Ambiente, ante la sospecha del ardid municipal, cargó contra el Ayuntamiento por enmascarar la contaminación, cuya trampa consistió en retirar estaciones de las zonas más contaminadas. El fiscal ordenó al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) que instalara sus propias estaciones en algunos de los lugares ignorados por el consistorio. El resultado fue que apenas se dió “una mejora de la calidad del aire”, en contra de lo que han mantenido el alcalde, Ruiz-Gallardón y la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella.
En su web, el Ayuntamiento de Madrid por boca de su alcalde, ha publicado en nota de prensa que “la capital ha sido la primera ciudad española en adaptar su Red de Vigilancia de la Calidad del Aire a los criterios establecidos por la UE”. “Cumplimos -se dice en la nota- todos los parámetros que marca la normativa menos los relativos a dióxido de nitrógeno”. También se afirma que la propia UE, consciente de la necesidad de adaptación de las ciudades a estos nuevos criterios, establece un período de ampliación hasta el año 2015, moratoria que pueden solicitar las ciudades a partir de 2011. “Todo parece indicar -afirmó Ruiz-Gallardón- que la mayoría de los Estados miembros presentarán este año sus peticiones de aplazamiento”.
Evolución de datos de las Estaciones Automáticas de Medición de la Red de Vigilancia de la Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid. Representación gráfica de datos horarios de la estación de Plaza de Castilla. (Fuente: RVCAAM, 2011)Polémicas, imprecaciones y frases ingeniosas…
El asunto, espinoso y ponzoñoso, lejos de forzar a la administración municipal a ejecutar soluciones resolutivas eficaces, ha servido para dar pábulo a la siempre presente polémica política de esta ciudad, que ya cansa.
La actitud del del Alcalde Presidente, que parece poco inclinado a tomar medidas de choque para mejorar el aire de Madrid, se ha visto reforzada por sus afirmaciones en las que responsabiliza de la situación al Gobierno por primar fiscalmente a los vehículos diésel que -dice- son responsables de las emisiones de óxidos de nitrógeno que contaminan las grandes ciudades. En su ayuda acudió la presidenta de la Comunidad de Madrid que calificó de “impresentable” que la ministra de Medio Ambiente criticara el cambio de las estaciones de medición de Madrid. En fin, todo un despropósito y mucho aburrimiento.
También la concejala de Medio Ambiente, Ana Botella transmitió grave inoperancia y desconocimiento cuando afirmó que la contaminación atmosférica que se registra en la capital “no es nociva para la salud de los ciudadanos”, añadiendo que “el paro asfixia más”, en otro ardid poco “profesional” para desmarcarse del problema y “echar balones fuera.”
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que no ha querido ser menos, lejos de arredrarse, ha encontrado el remedio para la contaminación, en mágica solución. Aguirre asegura que el problema de la contaminación no es un fenómeno nuevo y que la llegada de la lluvia se encargará de resolverlo. Mientras tanto seguiremos respirando veneno. Que llueva, que llueva.
Madrid se muestra en esta foto cubierto por una losa de aire venenoso que aplasta a la población. Aunque la materia tóxica amenaza la vida diaria de los madrileños, para muchos parece pasar inadvertida. (Foto: El País, 02/02/2011)Denuncias y peticiones
Estas afirmaciones y la poca intención de actuar contra las causas de la contaminación han hecho que asociaciones como Ecologistas en Acción hayan denunciado este viernes 11 de febrero en los juzgados de Plaza de Castilla a Alberto Ruiz-Gallardón, y a la delegada del Área de Medio Ambiente, Ana Botella, por no adoptar las actuaciones necesarias para garantizar que el aire que respiramos los madrileños cumpla los límites legales de contaminación.
Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) ha solicitado al Ayuntamiento de Madrid que tome medidas contra el “grave” nivel de contaminación atmosférica que vive estos días la capital y que, según advirtió, ya “está matando” a vecinos de la ciudad de Madrid.
Los medios y la polémica
De la polémica, como es lógico, también se están haciendo eco los medios de comunicación difundidos por internet (un medio en sí en todos los ámbitos) que dedican columnas y opiniones acerca del asunto. Dice Ignacio Escolar en su blog: “El 9 de febrero de 2006, el alcalde Gallardón se comprometió a vetar la entrada de los coches más contaminantes al centro de Madrid en el año 2008. No lo cumplió. En el año 2008, la concejala ‘ecologista’ Ana Botella anunció que esta medida contra la polución arrancaría en 2010. Tampoco lo cumplió. En el año 2010, el equipo del alcalde lo volvió a prometer para el próximo mandato. Y está por ver, igual que ese servicio de préstamo de bicis urbanas –como el exitoso bicing de Barcelona o París–, del que el Ayuntamiento también habla desde hace años sin que se haga realidad; dicen que no hay dinero para más”. (Leer más)
El blog Salud Pública y algo más, dedica una entrada a este tema resaltando la correlación entre la contaminación atmosférica y diversas enfermedades atendiendo a estudios recientemente publicados en la revista Science of the Total Environment en noviembre de 2010 que han encontrado una fuerte asociación entre los picos de contaminación y el aumento de los fallecimientos por infarto de miocardio, cardiopatías isquémicas e ictus.
Le Figaró’, en su edición digital, critica que la “capacidad de reacción” del Ayuntamiento de la capital ha sido “limitada” ante esta situación límite. Bajo el título de Les Madrilènes ne supportent plus la «boina» (“Los madrileños ya no soportan más la boina”), el artículo resume la polémica vivida en los últimos días a cuenta de la superación de los niveles máximos de dióxido de nitrógeno autorizados por la Unión Europea.
Orencio Osuna, en Nueva Tribuna se refiere a Gallardón diciendo que siempre se ha dado humos de gran estadista. Pero, de momento, -afirma- esos humos de grandeza sólo se solidifican en el magnificente Palacio de Cibeles (300 millones del ala) y la boina de micropartículas venenosas que flotan en los humos de Madrid.
En fin, hay mucho y hay más. Pero parece claro que tampoco es necesario abundar en lo contado, que de lo dicho basta para entender de que va el tema. Habrá que esperar si la lluvia hace que lo olvidemos todo.