Revista Salud y Bienestar
Si se me permite una forma jocosa de decirlo, por desdramatizar uno de tantos nubarrones que alimentan la cotidianidad de esta interminable crisis económica: "corren malos tiempos para la Lyrica"...
Lyrica es un fármaco que usamos para el dolor de origen neuropático, pero lo negativo del momento no le resultaría exclusivo más que para la elaboración del chiste: la industria farmacéutica y sus productos -en general- están pasando por los peores años que, quienes hemos conocido el sector, podamos alcanzar a recordar.
En el año 2.011 el gasto farmacéutico -excluyendo las ventas directas a hospitales- fue de 11.136 millones de euros, un 8,78% menos que en 2.010. La evolución ya fue negativa en 2.010, un 2,38% menos, con lo que se encadenan dos años consecutivos de decrecimientos, algo que se debe a las dos últimas medidas tomadas por el anterior gobierno socialista:
-. la bajada de precios de los medicamentos en 2.010
-. y el decreto, más reciente, que impone la prescripción por Principio Activo.
Sirva decir que nunca se habían conocido dos años seguidos de decrecimientos, en toda la historia de la Industria Farmacéutica de nuestro país, y a pesar de que las prerogativas de los últimos gobiernos siempre persiguieron la reducción de la facturación anual de los distintos laboratorios.
Será bueno observar, no obstante, que los decrementos se deben únicamente a la disminución de los precios de los medicamentos, ya que el número de recetas no ha dejado de crecer, tampoco en los dos fatídicos años que contemplamos: un 2,54% en 2.010 y un 1,64% en 2.011.