No son buenos tiempos para la solidaridad. La crisis ha llegado también al Tercer Sector, eso si, de una manera más silenciosa pero hay indicios que así lo atestiguan. Como habitualmente se dice, pulsando la actualidad, vamos percibiendo señales de que el sector tiene que adaptarse a la situación socioeconómica actual. Durante estos últimos años de crisis, de lo que más se hablaba era del incremento de servicios y usuarios/as por parte de las entidades sociales y por otra parte el terremoto de Haiti contribuyó a aplazar la situación en las ONG de Cooperación Internacional.
Estos años de bonanza económica, no sólo lo han sido para el ladrillo sino también para el Tercer Sector. Por una parte los presupuestos públicos estaban engordados, el porcentaje del IRPF era muy suculento y los fondos de cooperación internacional se quintuplicaron. Esto originó una cierta “burbuja solidaria” (creo, término acuñado por mí).
Algunas entidades practicamente surgidas de la nada y sin apenas base social experimentaron un vertiginoso crecimiento en poco más de cinco años, otras grandes entidades crecieron en proyectos “subcontratados” por las administraciones públicas y solamente un escaso número han optimizado su crecimiento.
Los indicios, a los hechos me remito, y solamente me circunscribo a conversaciones y noticias surgidas en estos últimos días.
- Hace unos meses, y hablando de la burbuja solidaria, escribí un post en el que comentaba la situación de una ONGD sin apenas base social y con un elevadísimo porcentaje de financiación pública en sus presupuestos. Resultado, la AECID rescinde su convenio plurinual.
- Algunas entidades como alguna gran entidad centenaria en que sus programas sociales, son subcontratas públicas, verán que el ajuste presupuestario público ya les ha comenzado a pasar factura. Resultado: despidos.
- Una ONGD de mediano tamaño y reconocido prestigio cierra proximamente su delegación en Galicia. Otra gran entidad internacional cerró en Galicia hace poco más de un año.
- En círculos cada vez menos reducidos se habla de un ERE en una gran entidad, aunque claro no se le llamará ERE.
- Se van poco a poco sucediendo despidos o reduciones de contrato. Como me comentaba una persona con casi 15 años en una entidad y a la que le acaban de reducir su contrato a media jornada, “mejor esto que el despido”.
Indicios de que la burbuja solidaria ha estallado. Que partir de ahora es necesario racionalizar y dimensionar el trabajo. No por ir a todo y estar en todo se hacen mejor las cosas.
Las restricciones presupuestarias públicas sin duda van a originar una selección darwiniana …por otra parte necesaria.