¡¡¡Malos tratos y tortura, el tratamiento en los centros de rehabilitación en MAZATLAN, SINALOA !!!
Al menos 38 mil personas que usan drogas en el país están internadas, contra su voluntad, en centros que no tienen la ley …
Dese hace por lo menos dos décadas los llamados “anexos” o “granjas” para alcohólicos y drogadictos se han caracterizado por ser en realidad verdaderas cárceles donde los “padrinos” que “rescatan” a estas personas las mantienen recluidas contra su voluntad, además de sacar provecho de las cuotas aportadas por las familias de los enfermos. Golpes, privaciones ilegales de la libertad, humillaciones, vejaciones de toda índole y hasta homicidios son frecuentes en esos centros, donde los cautivos viven hacinados y en condiciones infrahumanas. La organización mundial Alcohólicos Anónimos (AA), Central Mexicana de Servicios Generales, se deslinda de dichos establecimientos y de sus prácticas.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En México operan muchos centros de reclusión para alcohólicos donde ocurren asesinatos, torturas, suicidios y muchas otras violaciones a los derechos humanos ante la inacción de las autoridades, ya de por sí incapaces de atender a los casi 7 millones de alcohólicos del país.Centros como Factor X, El rebaño sagrado, Los hijos del caos o Los hijos del capitán Garfio, entre otros, son manejados por grupos de facinerosos y golpeadores que lucran con los adictos al alcohol, pues viven de las cuotas y despensas que piden a los familiares de los internos.
El doctor Ricardo Iván Nanni Alvarado, presidente de la Central Mexicana de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos (AA), comenta:
“Estos anexos y granjas empezaron a proliferar en México en los ochenta, por lo que llevan décadas de estar funcionando. Generalmente, a esos lugares las personas son llevadas a la fuerza. Están ahí contra su voluntad, lo cual contraviene los más elementales derechos humanos y los principios que ostentamos aquí en Alcohólicos Anónimos.”
Malos tratos y tortura, alimentos en descomposición, humillaciones e instalaciones insalubres son solo algunas de las técnicas que se utilizan en los centros de rehabilitación en México para el tratamiento de personas que usan drogas. internamiento forzado que atenta contra normas locales e internacionales, alerta el informe ‘Ni socorro, ni salud y abusos en vez de rehabilitación para usuarios de drogas. Si (el encadenamiento, humillación pública y secuestro) recibieron tratamientos recomendados para la diabetes o enfermedades del corazón, automáticamente consideraríamos crueles y abusivos. Aun así, estas son tácticas usadas frecuentemente para el tratamiento y rehabilitación de personas que usan drogas. Los servicios sanitarios por el uso de drogas deben operar en México bajo la “Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-1999 Para la prevención, tratamiento y control de las adicciones ”. Ésta señala que el ingreso debe ser «estrictamente voluntario» y las acciones de los centros de rehabilitación deben estar enfocados en reducir los riesgos por el uso o abuso de drogas, pero también en «aumentar el grado de bienestar físico, mental y social» de los usuarios.
EL engaño de los centros de rehabilitación (La mejor cura es el apoyo de la familia) …
Pensemos en la imagen de un pulpo con los brazos replegados hacia sí mismo: el individuo adicto y todas las terapias que debe involucrarse en su rehabilitación.
Porque para el drogadicto no existe una sola terapia. Las fórmulas mágicas tampoco. Ni centros de rehabilitación con curas milagrosas.
Existe tan solo una premisa fundamental mental: la voluntad sincera, férrea de librarse del yugo de la droga.
En cambio, sí pululan las falsa promesas -casi mesiánicas- y lo engaños. Que abrazan los padres desesperados por la situación de sus hijos, desorientados por la inexistencia de verdes políticas de rehabilitación, a menudo impulsados por sentimientos de remordimiento. Y se dejan engañar. Irremediablemente
Si en el mundo aún no se ha establecido la cura para la drogadicción, mucho menos en Colombia donde la acción del gobierno ha sido evasiva. Y en donde solo se adelantan ofensivas parciales, a menudo mal enfocadas.
En este sentido, mal haré este informe en remitir a los padres a una institución o consultorio específico como gran puerta de salvación.
Se limitará, en cambio, proporcionará a los colombianos los elementos con los cuales cada cual podrá juzgar por sí mismo. Al comparar estos elementos con los que ofrece un centro determinado, la conclusión será obvia.
Feria del engaño …
Según la Organización Mundial de la Salud, la rehabilitación es el proceso que comprende todas las medidas determinadas para reducir los efectos de las afecciones que producen discapacidad y minusvalía, ya que permite la persona afectada su reintegración social. Las afecciones: la farmacodependencia. Los efectos: las alteraciones de las relaciones interpersonales, familiares, académicas y laborales. Y también las secundarias, que de allí se derivan. O sean, la prostitución, el robo, los asesinatos.
Existen métodos estándar y no convencionales.
Ninguno es mejor que el otro. Sin embargo, entre estos últimos es donde el terreno se encuentra más abonado para los engaños. Tal es el caso de las curas por acupuntura, autosugestión, hipnosis, libros de auto contra paso a paso, brebajes, ungüentos, rezos, cirugía.
Acerca de esta última, cabe mencionar la trepanación hecha en varios países, realizada para cortar supuestos centros cerebrales en donde está ubicada la disposición hacia la drogadicción. Intervención que, además de no ser respaldada con las bases científicas, tampoco arrojó resultados satisfactorios.
Los métodos no estándar se caracterizan a menudo porque tienen como fin primordial el lucro y crean falsas expectativas en el individuo su familia.
Perfil integral …
Los métodos médicos deben valerse de un grupo multidisciplinario constituido por médicos generales, siquiatras, psicólogos, sociólogos, enfermeras, trabajadores sociales.
La rehabilitación debe ser integral. Si se trata al paciente y se deja de lado la familia, el resultado será pobre. Si se trata el individuo y su familia, pero no el ambiente laboral o académico, tampoco los resultados completos. Menos lo que si se ignoran los amigos, factor primordial en un alto porcentaje de las adicciones.
Ninguna terapia puede emprenderse sin una evaluación. Porque antes de especificar las medidas y tratamientos más convenientes, se deben establecer las condiciones específicas del paciente o huésped, su extracción social y nivel económico, las características de la o las sustancias que consumen, el perfil del medio que lo rodea.
Sin esta fase evolutiva cualquier tratamiento queda trunco: no se puede curar sin conocer. Es como si el cirujano pretendiera extirpar a ciegas un tumor, sin los previos e indispensables exámenes radiológicos, clínicas y de laboratorio.
Entre más se modifica …
El sujeto como ser individual, debe ser analizado. Sus factores biológicos y genéticos, sus antecedentes familiares, su personalidad.
También las motivaciones que conducen al consumo de la droga: problemas psicológicos, laborales, familiares, académicos. La presión social que pudo influir, así como la curiosidad que despertó a los amigos.
Y definir las características de la sustancia: consumir y definir la ocasión más compulsión.
Efectivamente, se trata de farmacológico-dependientes: adictos a más de una droga. El médico general interviene para buscar las alteraciones orgánicas y detectar si existe o no dependencia física o psíquica. La farmacodependencia involucra la globalidad del individuo y no se le puede considerar individualmente como una intoxicación aguda.
Vienen los casos irreversibles: la cirrosis hepática en el alcohólico; el enfisema pulmonar o la bronquitis crónica en el fumador de cigarrillos, crista y marihuana; los daños cerebrales en consumidores de marihuana, cristal e inhalantes.
Se presentan también los daños reversibles que figuran en la inmensa mayoría de las adicciones: desnutrición, anemia, infecciones. Entre estas, las venéreas ocasionadas por la promiscuidad, por el uso de agujas no esterilizadas.
No son locos …
Luego se realiza el estudio del medio ambiente: el lugar donde vive, el vecindario, el grupo de amigos, las condiciones laborales o de estudio. Y la familia: núcleo importante, tanto en los inicios de la adicción como en su tratamiento posterior. Definir la estructura familiar, la existencia o no de comunicaciones, la posibilidad de que los mismos padres sean o hayan sido consumidores de alguna sustancia.
Es entonces, frente al cuadro completo de las características del huésped y de su entorno, que puede comenzar el tratamiento.
Se iniciará con la terapia individual. Allí se hace importante aunar la intervención del médico general y del psicólogo o siquiatra. La dependencia física puede ir complementada por la aparición de la tolerancia o la necesidad de aumentar progresivamente el consumo para llegar a un mismo efecto, así como por el síndrome de abstinencia. Este se presenta cuando se suspende la sustancia y requiere un tratamiento específico.
Los pacientes farmacodependientes deben ser manejados afectados de pacientes que presentan otros trastornos mentales, a lo largo de todo el proceso.
Padres sin culpa, pero responsables …
El paciente no es un ser aislado. Su núcleo más cercano, la familia, debe también involucrarse en el tratamiento.
Es la terapia familiar que se ejerce con padres, hermanos, personas allegadas al hogar, amigos. A ellos se les busca en sus viviendas, se les cita y se les compromete.
Es preciso recalcar que la terapia familiar solo apenas alcanza un 4% de la mejoría del paciente. Lo que hace concluir que, si bien es pilar fundamental de toda terapia, debe ser señalado como un instrumento más en el abordaje del paciente.
En esta fase, los especialistas señalan la importancia de desculpabilizar a la familia en el proceso inicial de abordajes que determinan disminuir la angustia. Igualmente asumimos a los miembros del núcleo familiar a aceptar el problema de la adicción, el que usualmente se niega.
Pasos hacia adelante …
Mientras que las dos anteriores modalidades de tratamiento están recomendadas como pilares fundamentales de la rehabilitación de todo farmacodependiente, la terapia de grupo implica un paso más hacia la liberación. No se le debe aplicar antes de haber trabajado en el proceso de reorientación del individuo.
Con excelentes resultados cuando se cumple de manera científica, la terapia de grupo incluye las comunidades terapéuticas, muy frecuentes en Colombia. Se desarrolla en lugares donde se han agrupado pequeños núcleos de farmacodependientes a quienes, internos, se le practican estudios psicológicos y psicoterapias.
La vida en comunidad durante un período limitado de tiempo incluye la asignación de responsabilidades con miras a reintegrar paulatinamente al paciente a la vida en sociedad. Es el momento en que el individuo, desintoxicado y readaptado socialmente puede responder a las obligaciones de su vida cotidiana. Se le da la salida, pero se le invita a continuar acudiendo a la terapia de grupo en consulta externa.
Este último paso es indispensable, ya que la etapa de reintegro social constituye uno de los momentos más duros y al mismo tiempo frágiles en el tratamiento del adicto.
Intervienen en la misma varios factores igualmente importantes: la preparación previa de la familia y su cambio de actitud frente a los individuos individualmente rehabilitados, la misma actitud de la persona para quien la voluntad de mantenerse alejada de la sustancia es indispensable; la respuesta del ambiente que es más cercano.
Si este sigue siendo un factor negativo, la familia está en la obligación de romper estructuras y proporcionar un nuevo hábitat.
En esta terapia de grupo se incluyen los Alcohólicos Anónimos, los Narco-manos Anónimos, los Cocainómanos Anónimos.
¿Y DESPUÉS?
Allí es donde realmente realmente hay un verso los frutos del tratamiento. Un tratamiento que dista mucho de llegar a su término final.
Abandonar al farmacodependiente a su suerte cuando emprende su reingreso a la sociedad es tan peligroso como dejarlo en mitad de una selva.
Mientras estuvo internamente, mientras se le proporcionaron los cuidados individuales, se le infundió seguridad. Una seguridad que la sociedad no le proporcionará: una sociedad que lo va a señalar con el dedo.
También mientras estaba reclutado en el centro de rehabilitación, se le proporcionó una terapia ocupacional: se le enseñaron nuevas actividades, se le reforzaron las que ya conocía, se le motivó hacia el trabajo. Todo, hacia el aumento de su autoestima.
En la sociedad comienza la reubicación laboral. Esta es uno de los mayores impedimentos, estigma fundamental hacia la rehabilitación.
Fácilmente comprensible: el desempleo constituye uno de los graves motivos que conducen a la adicción.
Y de nada valdrían los tratamientos si al paciente se le suelta de la mano una vez que franquea las puertas de salida del centro de rehabilitación.
En este sentido se dirige la preocupación de los expertos, quienes comprueban que el ambiente laboral colombiano pocas veces es receptivo a la contratación de personas en el proceso de cura. Mientras muy pocas -por no decir casi ninguna- instituciones de rehabilitación plazas de empleo o facilitan las mismas. Así, hijo de los peligros de caer en el círculo vicioso de la reaudición.
Lo centro de rehabilitación no cuenta con control ni presupuesto…
Sobre el papel figura la rehabilitación integral del farmacodependiente como objetivo del Ministerio de Salud.
Sobre el papel figura el Ministerio de Salud como organismo rector de las políticas y vigilante de los derechos del ciudadano a ser atendido.
Y también sobre el papel figura el control a los centros piratas de rehabilitación.
No podemos coartar la creatividad profesional ni individual «.
El gobierno no interfiere ni en las tarifas ni en las actividades que se desarrollan en cada centro, porque no tiene ni el personal ni el combustible legal para ello. la institución o los usuarios, pero
¿quién mide el termómetro del peligro?
Ni siquiera las mismas entidades oficiales disponibles una rehabilitación completa. Carecen de presupuesto.
Tampoco ha dictado restricciones. Se han hecho visitas durante las cuales se han observado libros de contabilidad, hojas de vida de profesionales, historias clínicas. Y se han dejado recomendaciones más un plazo de uno o dos meses para corregir.
Culiacán, Sin. – En Sinaloa hay Centros de Rehabilitación “fantasmas” donde se vive un infierno y los internos reciben malos tratos, advirtió la diputada Flora Isela Miranda.
En tribuna la legisladora de Morena al fijar un posicionamiento sobre el tema, al demandar que se revisen todos los centros de rehabilitación que hay en el Estado porque operan bajo el esquema de internamiento forzado.
Informó que de acuerdo con el Consejo Estatal para la Prevención y Tratamiento contra las Adicciones –CEPTCA-, en Sinaloa actualmente existe un total de 144 centros de rehabilitación, donde solo 32, o sea el 22% han recibido la acreditación de la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), y se detectaron 18 centros de rehabilitación clandestinos.Advirtió que se debe reconocer que las condiciones por las que los internos viven en todos los centros es un acto inhumano por los malos tratos, tortura, alimentos en descomposición, humillaciones e instalaciones insalubres.
“Estos son algunos de los actos o técnicas que utilizan los centros de rehabilitación del Estado. Estos centros operan bajo un esquema de internamiento forzado que atenta contra normas locales e internacionales por ejemplo la Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA-2009 para la prevención, tratamiento y control de las adicciones”, señaló.
Reiteró que es grave el problema por el que están viviendo en Sinaloa las personas que tienen problemas de adicciones, por lo que urge legislar en favor de este pequeño grupo excluido de la sociedad.
“En Sinaloa hacen falta centros en donde se pueda ayudar a los jóvenes y adultos adictos a sustancias tóxicas para lograrlos readaptarlos a la sociedad”, dijo.
Aseguró que próximamente presentará una iniciativa para que se preste atención a este problema y se cierren centros que no cumplan con la norma, que no tengan reglamento, pero, sobre todo, quien abre uno, no los vea como una empresa, sino como un servicio a la comunidad.