
Ayer camino del cole debió decir mama como ochenta veces, empecé a contarlas por curiosidad cuando ya llevaba unas cuantas y conté cincuenta y dos. Es una palabra muy bonita y me encanta que me la diga pero a veces preferiría que la dosificara un poco. Aun así prefiero que me la diga mil veces a que no me la dijera ninguna.