Mama no me parece una mala película, pero me da mucha rabia que no sea lo que hubiera podido ser. La película empieza muy bien pero, poco a poco, susto a susto, la cinta se va acomodando en lo convencional y al terror de susto fácil tan manido en este género. Su director, Andrés Muschietti, nos deja detalles de gran virtuosismo, pero también una sensación de no saber qué camino escoger en el tramo central de la cinta. Puede que sea porque el guión se tambalea peligrosamente en esa fase y no acaba de decidir qué tipo de película quiere ser. Es entonces cuando Muschietti decide lanzarse al terreno de lo abiertamente fantástico y, a golpe de épica y poética, consigue remontar el vuelo con un final mucho mejor de lo que presagiábamos.
Lo mejor: Las niñas. Y el plano secuencia en el que una de ellas juega con mamá con la puerta del pasillo abierta.
Lo peor: tanto susto a golpe de audio.