Revista En Femenino

Mamá bipolar

Por En Casa Con Mamá @encasaconmama

Una es de nacimiento bastante observadora. Contemplar el comportamiento de sus congéneres y sacar conclusiones me resulta entretenido. De ahí que en estos últimos meses haya hecho grandes descubrimientos, y tenga un buen puñado de teorías sociológicas más o menos contrastadas.
Y hoy, me atrevo con la primera.

De los creadores de “Revolución hormonal” , “El sueño me confunde” “Se me cae la baba” y “Tetitas para qué os tengo”, llega un nuevo estreno, primicia mundial: Mamá bipolar.

bipolar

Pese a lo que pueda parecer leyendo el título, la mamá bipolar comienza a desarrollarse en el embarazo. Tomar conciencia de que una vida está creciendo dependiente de tí, siembra la semilla que hará que más tarde ostentes tu título con orgullo.

- La mamá bipolar en prácticas (llamémosla MBP) lo mismo se inquieta porque su barriga da un vuelco, que se angustia si su bebé flota tranquilo sin dar muestras de jarana.

- La MBP un día se mira horrorizada al espejo pensando que menudo tripón está echando, lo mismo que al siguiente piensa que, con las semanas de gestación que lleva, debería tener la barriga más abultada.

- La MBP andará convencida hoy de que nunca ha tenido ni un cutis ni un pelo así de relucientes, para afirmar mañana que está fea como un troll.

- La MBP proclamará a los cuatro vientos que el embarazo es lo mejor que le ha pasado en la vida, para, acto seguido, hartarse de llorar maldiciendo: “cómo se me ocurriría a mí meterme en este berenjenal”.

Una vez el churumbel ha tocado tierra, la MBP ya está preparada, y se dirige con paso firme en busca de su título definitivo. Y sus méritos como mamá bipolar van creciendo.

- La Mamá bipolar  (MB) no se contenta con nada. Se lamenta de que su bebé no duerma ni a tiros por la noche, lo mismo que si su bendito lleva siete horas de sueño nocturno sin rechistar.

- La MB se levanta convencida de que es fuerte y tiene superpoderes, pero al caer la tarde, se queja amargamente de la sobrecarga de trabajo y de no puede con todo, reclamando ayuda a gritos.

- La MB se come a besos a su bebé. Se le eriza el pelo sólo de pensar en separase de él ni un segundo. Pronto pasará a ponerse como una loca porque le persigue por toda la casa un bebé-lapa que no la deja siquiera ir al baño.

- La MB sueña con el modelazo del escaparate, ése que en rebajas, cae fijo. Pero cuando va de compras, vuelve con un par de camisetas comodísimas para dar el pecho y un arsenal de pijamitas para su bebé.

- La MB espera ansiosa la noche en que pueda salir de marcha con sus amigas, pero llegado el momento, se llevará toda la cena llamando a casa para comprobar que todo está bien, y a las 23.30 estará bostezando como un oso y deseando meterse en la cama. Ay, pero qué bien se está en casita!

- La MB cuenta los días para que su pequeño vaya a la guarde y poder trabajar al ritmo de antes, para luego llorar a moco tendido al ver horrorizada como su pequeño entra curioso en el cole sin siquiera mirarla ni despedirse.

Como os podreis imaginar, la lista es infinita, de ahí que la MB vaya ganando experiencia a base de práctica, llegando algunas a un nivel de maestría inimaginable para una reciente mamá bipolar como yo. Porque sí, lo confieso, yo también soy una de ellas. Mamá bipolar somos todas.

Y ahora, reconozcan que sin nosotras no habrían podido pasar este ratito de risas tan ameno, eh?
Atrévanse y pongan una mamá bipolar en su vida!


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