Confieso que he escaneado. Peor. He copiado a Quino y lo he editado. No tengo perdón.
“Un influencer no se autodesigna, es la comunidad quien lo reconoce” -Cristina Aced (@blogocorp)
(Lunes 7:35 A.M). El enano viene a mi cama y me suelta “Pá, ya soy influencer” mientras me muestra gráficas de 75 puntos de Klout como FIFA Street Player. 5 minutos mas tarde me despierto sudando frío mientras -ahora sí es real- el peque viene blandiendo la tablet hacia mí. Escapo corriendo al baño. “Ducha, sálvame” -he pensado.
Aún no ha sucedido, pero sucederá. De hecho, espero que suceda. Buscar ser considerado un líder de opinión significa -ante todo- que en un ambiente poco habituado al pensamiento fuera-de-la-caja puedes ejercer tu posición, difundirla y motivar a otros a que te apoyen o por lo menos, provocarlos a una nueva posición. Que sí, que eso es un influencer maldita sea, ¡que no es el hueco invitado de turno a tomar gintonics y subir fotos a instagram a mansalva! … Ni un iger* es un influencer, ni un famoso es un influencer porque sí (hay algo en marketing llamado celebrity endorsement techniques, que consiste en convocar a un Oscar Pistorius a apoyar a Nike en una campaña que dice “soy la bala en la recámara”. A veces sale incluso peor… y aún así, tampoco ésto es influencer marketing).
*iger: instagramer (sí, a mi tambien me parece una chorrada, pero es lo que hay)
¿Hay algo que funciona mal en una sociedad cuando los niños no quieren ser influencers? ¿Exagero o es que a golpe de crisis y desventuras nos quedamos sin ambiciones? Influir es contaminar el pensamiento del otro con el propio, parte de la misma raíz de la comunicación. Aunque esta comunicación se desarrolle a base de ir mostrando abdominales de hierro en un spot para intentar vender un seguro de coche. Influir es ejercer una presión intelectual para que cambies de comportamiento. Simple. Influyes en tus compañeros, en tu pareja, en tu hijos, en tu círculo. El tema es si influyes a conciencia y de manera tópica, sobre algo que dominas o si con ello, eres capaz de contagiar comportamientos.
Ese coche nuevo del 2010. Octubre. Estabas por comprar un nuevo coche (en 2010 hubo algunos que lo hacían, tambien en España). Tu color favorito suele ser el azul (dejémoslo en que crees que es “tú” color favorito). Pero miraste con cariño ese SUV horrendo en color blanco y finalmente te lo compraste. Te felicitaste -sí, lo hiciste- por adaptarte a los nuevos tiempos.
“Culpable”. Apple presentó en 2010 su iPhone en color blanco. Las hordas trendies declararon la muerte oficial del color negro para todo. Meses después la gente que no es tan hipster ya estaba contagiada. En tu cabeza -no sabías muy bien porqué- surgía la culpa por pensar en colores oscuros en lugar de en el blanco, puro y níveo. Y ahora tienes ese indisimulable electrodoméstico con ruedas aparcado en el garaje.
Aún con altibajos, el marketing de influencers (prefiero Influence Marketing como figura en la Wikipedia) está desde hace años entre las búsquedas habituales de digital marketers, con distintas clases de influencers buscados entre tópicos, famosos, espontáneos y activistas:
Google Trends | Análisis comparativo mundial de las búsquedas entre “Influence Marketing”, “Content Marketing” y “Inbound Marketing”
Si hasta incluso tenemos una curva temporal del proceso de desarrollo de un influencer ¿porque no intentar serlo?
Lo desconozco. Hay un temor a hacer el rídiculo que conecta con no cantar públicamente. O avergonzarse en hablar en público. O grabarse en vídeo. Será eso. Mucho selfie y pocas nueces.
¿Es difícil encontrar influencers? No debería ser complejo, si sabemos lo que buscamos. Otra cosa es que sea costoso clasificarlos entre:
- Influencers Activistas: aquellos que se involucran por causas, con sus comunidades, movimientos políticos, organizaciones de beneficencia, etc.
- Influencers Conectados: estos y esos, sí, personas con grandes audiencias en redes sociales
- Influencers de Impacto: entre los que gozan de la confianza de sus audiencias al punto de lanzar una idea y que ésta tenga efectos inmediatos
- Influencers Intelectuales: son mentes activas que motivan a largo plazo, bajo múltiples intereses
- Influencers Innovadores: los primeros en adoptar (o abandonar) ideas y conceptos en los mercados y lograr que el resto tome posición
- Influencers Espontáneos: aquellos que conectan con audiencias que no tenían, de forma imprevista y con poca experiencia en gestionar su presencia
Siguiendo con la Wiki, es cierto que la mayor parte de la literatura sobre la influencia se centra en los mercados de consumo y menos en el B2B. Por tanto, ¿es fácil ser un influencer? Para nada. No todos influimos en el mismo grado, en el mismo tiempo ni a las mismas personas que queremos influir.
The copyright holder of this file, Influencer50, allows anyone to use it for any purpose, provided that the copyright holder is properly attributed. Redistribution, derivative work, commercial use, and all other use is permitted. Copyright Influencer50. [email protected]
Sinceramente, no veo demasiado complejo que alguien se plantee serlo. Sí me preocupa que se busquen influencers sin querer asumir protagonismo. Volvemos a la cultura digital que va de la sociedad a la organizaciones y de la que escribía Fernando de la Rosa (@Titonet) diciendo que la empresa digital tiene sistema operativo digital (post magnífico que deberías leer). Preocupa una industria que no quiera tener influencers entre sus filas. Si la cultura digital nos afecta a todos, empresas e instituciones no quedan al margen. El cambio afecta a todo el entorno y no solo a lo virtual. Una película se ve, una foto se imprime, conocemos sobradamente la historia de las industrias que ya fueron tocadas. Un mueble se toca y puede ser la próxima industria, como la de repuestos, cuando unos y otros se puedan imprimir en impresoras de 3D a un costo aceptable (que llegará masivamente y en breve). Una industria sin influencers internos tendrá poca voz para motivar a los influencers externos.
Si tienes hijos que van a un cole que tiene una Intranet que no fue hackeada por los propios alumnos, tal vez debas replantearte como motivan a nuestros nativos digitales quienes no lo son. De Mafalda, dudo si la frase le pega mas a ella que a Susanita. En todo caso, nuestra pre-hacker Mafalda que está cumpliendo 50 años, logró ser un influencer. Me temo que su amiguita, también.
De mi peque, sé que un lunes vendrá a decirme que Sony está haciendo cambios en el FIFA Street por su insistencia. Y no me sonrojaré al decir “Mi hijo, es un influencer”