Hace poco fui al supermercado con mi hija pequeña y me encontré con un ex compañero de trabajo, al saludarme en forma efusiva lo primero que me pregunto fue:
Que estás haciendo? -cómo has estado-me dijo –mientras observaba el montón de juguetes y bolsos de niño que tenía cargados.
Con una sonrisa en mis labios de satisfacción y alegría le respondí: estoy en casa, cuidando a los niños.
Ah -me respondió – frunciendo el ceño- pero cuando vuelves al trabajo?
A ese trabajo por ahora no regreso, estoy trabajando en algo más importante- le conteste con mucho orgullo!
Tome la cesta del supermercado y me aleje pensando sobre estos peculiares encuentros del pasado laboral; seguramente te han sucedido, te has cruzado más de una vez en alguna parte de tu camino con ciertos amigos o conocidos y te hacen caras extrañas cuando les comentas que dejaste tu carrera o pusiste un alto para encargarte de los pequeños; y es que, para ellos ser mamá no corresponde a ninguna suerte de oficio o trabajo; al contrario es comparado a un proceso transitorio, un cambio temporal que atraviesan las mujeres mientras vuelven al campo profesional.
Quiero aclarar que en ningún momento descalifico a las madres que trabajan fuera de casa porque tengo una
Ser mamá es el mejor trabajo del mundo porque así cómo nació tú bebe, nació una Mama y contigo nacen:
1.-Fortalezas que nunca pensaste tener, ese sabor a yo puedo hacerlo, a loncheras corriendo temprano en la mañana o a sensación de se me sale el corazón del pecho cuando lo estas arreglando para ir al colegio ( está creciendo -piensas mientras el corazón se arruga como una pasa)
2.-Osadías para hacer cualquier cosa por rescatarlos, mientras atraviesas pruebas parecidas a las aventuras de Indiana Jones en cualquiera de sus travesías, alcanzar el juguete en lo más alto del mueble, arreglar un carro de juguete que se dañó o peinar el cabello mil veces a una muñeca ( parecida al león de Madagascar) sin lograr ningún resultado.
3.-Templanza en afrontar cada reto nuevo en la maternidad, quizás algo temerosa pero dispuesta a todo por defender a tus pequeños, su primer baño, su primera fiebre y esa noche interminable de tocar su cuerpo y su frente, su primera aventura en bicicleta.
4.- Constancia del día a día, impregnada de paciencia y gracia para dibujar barcos, autos y princesas, hacer de los baños más que una rutina: una aventura por el océano de las esponjas y el jabón, convertirte en la mejor hada de los cuentos e interpretar tantas historias sean necesarias para esbozar sonrisas y hasta calmar lágrimas.
5.- La fé en ti misma, cuando miras un problema y debes sentirte como una mujer roca, sólida, impermeable pero al mismo tiempo tu alma se equipara a una delicada flor que termina poco a poco de florecer y encantar a todos con la majestuosidad de cada uno de sus pétalos, esos que con caricias y abrazos colorean la vida de todos los integrantes del hogar.
Ese es el mejor trabajo del mundo y lo estás haciendo! Disfruta cada segundo que estés con tus pequeños y haz click con tus ojos saboreando su infancia, espero que con estas letras no te quede ninguna duda que eres perfecta e insustituible y puedes gritarle al mundo con todo el orgullo que tu profesión es: Ser Mamá.