Revista Diario

Mamá, el médico es un sabio, ¿verdad?

Por Belen

Mamá, el médico es un sabio, ¿verdad?

Hospital La Paz de Madrid

Pues sí hijo, un sabio al que nunca daremos suficientemente las gracias por conseguir que estés así, por lograr que lleves una vida totalmente normal. Eso fue lo primero que me preguntó Rayo cuando salimos la pasada semana de la consulta de Neurocirugía del hospital, tras finalizar su revisión. Cómo son los niños, desde muy pequeño ha sentido mucha admiración y respeto por su médico, y eso que no es precisamente comunicativo o dicharachero. Es el típico 'genio' algo esquivo, de pocas palabras, ensimismado en sus pensamientos mientras observa al paciente. Pero ¡cómo iba yo a criticar dicha actitud! Si gracias a ese ensimismamiento, a esa concentración, ha ido encontrando soluciones a los problemas que han ido surgiendo. 
Desde la última revisión todo ha transcurrido muy bien. El niño ha ido evolucionando y superando pequeños problemas, no hemos visitado ni una vez el hospital. Así que estuvimos escasos minutos en la consulta. Al verle entrar por la puerta y tras un primer vistazo general me dijo "¿todo bien, verdad?". Y es que sólo hace falta mirarle para darte cuenta que está perfecto. Preguntas de rigor, tacto de válvula para confirmar el óptimo funcionamiento. ¡Listos! ¡Hasta el próximo año! 
Y alguna duda por mi parte, Rayo ha comenzado a practicar deporte, fútbol, para ser más exactos. Cada vez juega más y pronto comenzará a competir. Esto requiere un esfuerzo físico mayor y quería conocer la opinión del médico. ¿Se cansa en exceso?, ¿notas que soporta el esfuerzo? La verdad que lo soporta y no le veo excesivamente cansado, ni flojo, ni nada. Así que nos da carta blanca, pero vigilando este punto. Mi pregunta viene porque el ejercicio físico está ligado a la producción de líquido cefalorraquídeo (LCR) y para una persona con las peculiares características de Rayo podría suponer un problema. Pero a día de hoy parece que su cuerpo se adapta, no sé aún como la verdad, y ha conseguido normalizar la situación. 
Cuando salimos de allí respiré aliviada. Aunque no soy una persona impresionable y he visto muchos casos de niños con diversas problemáticas en estos siete años, la consulta de Neurocirugía impresiona. Estando allí me doy cuenta de la gran suerte que hemos tenido, de lo afortunados que somos por tener a Rayo así. Soy consciente de que no tenemos seguridad alguna, lo que hoy va bien, mañana de repente se puede torcer. Pero hay familias que no tienen si quiera la posibilidad de acercarse a esto. 
Ahora a pensar en la revisión del próximo año y a cruzar los dedos por poder seguir como hasta ahora.

Volver a la Portada de Logo Paperblog