Revista En Femenino
Por Ana María Constaín
Soy una mamá gritona
No es algo que me guste, y soy consciente de que no es la mejor pauta de crianza
Aún así los gritos cobran vida y mis ganas de controlarlos no alcanzan.
Lo he intentado, sin duda.
En esos momentos críticos, cuando siento aquellos gritos en gestación, busco la paciencia en lugares recónditos escarbo dentro de mí con la ilusión de encontrar algún resto de calma respiro a ritmos humanamente imposibles repaso todas las técnicas que tan maravillosamente se exhiben en el papel
Los gritos ya están ahí, a la espera, cobrando fuerza, parecen alimentarse de mis inocentes intentos por extinguirlos.
Buscan salida. No parece haber escapatoria Ni negociación posible.
Recuerdo que son solo niñas…
Niñas, Cuyo ritmo y prioridades son a veces tan incompatibles con los míos Niñas, Descubriendo el mundo y sus formas, sus límites, sus reglas Niñas, Fuertes, testarudas, persistentes, incansables, vitales, aprendices, curiosas, Niñas Que a veces no oyen, ni entienden, ni son capaces de ponerse en mi lugar y me llevan al límite Niñas
Esa comprensión no alcanza A los gritos no parece importarles Ya han ocupado tanto espacio que nada más cabe
Entonces llega la inevitable explosión, Una energía potente de descarga Tiembla el mundo
Y luego llega la serenidad Con algo de desasosiego
No me gusta esta que soy cuando grito -les digo
A veces simplemente no encuentro otras maneras
Es así,
Soy una mamá gritona
A veces
Ahora sé bien que no puedo simplemente dejar de serlo
Porque los gritos no son enemigos, A veces son hasta funcionales El problema de los gritos es cuando van dirigidos a mis hijas Cargados de tanto que no les pertenece a ellas
Los gritos son gritos. Son poderosos, fuertes y capaces. He podido escucharlos Aceptarlos Ellos son mi voz. Aquella que tantas veces guardo Ellos son tantas palabras no dichas Tantas opiniones guardadas Y desacuerdos enterrados Tanta potencia encerrada en pro de evitar el conflicto
Mis gritos intentan mostrarme un lado de mi Que con mis hijas existe en comodidad Y que tantas veces está oculto, incluso para mi misma
Esos gritos no se rinden Y han permanecido para que me de cuenta De esta necesidad de sacar mi voz Auténticamente Desplegar todo lo que soy Siempre
Soy una mamá gritona
Lo acepto, Aunque no lo justifico, Es lo que soy, algunas veces Aceptarlo me permite verlo Sentirlo Comprenderlo Hacerlo consciente Para poder elegir algo diferente En la medida que atiendo eso que surge Sin intentar desaparecerlo
Danzando entre la aceptación de todo lo que soy y la obligación que elijo tener de ser la mejor versión de mi misma para mis hijas
mis maestras