Una mama joven: las mujeres por lo general, vamos en busca de la maternidad pero, a veces, ella nos encuentra primero. Precisamente, aquí quiero referirme al caso específico de la maternidad temprana, cuando una jovencita se convierte en madre, poco después de haber dejado de ser niña.
La encrucijada de la niña y la mujer, el pasado y el futuro mirándose frente a frente en un momento en el que la joven madre todavía tiene que seguir transitando su propia crianza.
Aun hoy, todavía existen quienes las llaman madres a “des-tiempo” donde la partícula inicial denota de entra una opción, una negación del dejar vivir en el aquí y en el ahora, un “fuera de tiempo” que no da tregua, que imposibilita, que descalifica injustamente el hecho contundente de dar a luz.
¿Qué necesita la joven madre?
La madre adolescente, necesita apoyo y acompañamiento para criar a su hijo, a la vez que requiere que se le garantice la continuidad de su propio proyecto de vida en desarrollo. Es imprescindible que se le ayude a recrear su función materna con responsabilidad, pero en un equilibrio optimo tal, que la dedicación a su hijo no vaya en desmedro de su propia formación.
Por otro lado, la maternidad temprana, no excluye la responsabilidad paterna, aunque también se trate de otro adolescente. Si bien, no debe obligar a los jóvenes progenitores a una convivencia precoz, no obstante, es necesario fomentar una relación entre ambos, que los eduque en la colaboración mutua de la crianza del niño.