Revista Educación

Mamá y M con las manos en la masa

Por Noelia-Golosi @ElBlogDeGolosi

Mamá y M con las manos en la masa

Arrastrada por el deseo de hacer algo nuevo con Miss (debido quizá a un pequeño sentimiento de culpa por no poder dedicarle todo el tiempo que me gustaría y que se merece) y por el orgullo de demostrar(me) que si quiero puedo reducir distancias entre la cocina y yo, ayer me lancé a la piscina, la de la repostería y la de la incertidumbre, esta última tanto por el qué saldrá como por el qué pasará (¿le gustará a Miss la actividad?, ¿le gustará a Mister que le dejemos apartado un rato? ¿seré capaz de no estallar entre harinas, los "yo lo hagoooooooo!!!" de la niña y los lloros del enano?... Ufffffff).Todo empezó por la mañana, cuando en la oficina, entre proyectos y reuniones, me puse a googlear "hacer galletas con niños". Encontré una receta que me pareció excesivamente fácil, bajé a comprar los utensilios (moldes cortagalletas y rodillo) y los ingredientes (mantequilla, azúcar glace y harina) y por la tarde, al volver del cole-patio, nos pusimos manos a la masa.Puesto que mis nociones de cocina no llegan ni a básicas, el primer intento fue fallido; para mezclar los ingredientes utilicé las barillas y en lugar de una masa más o menos homogénea salieron cientos, miles, millones de bolitas con las que imposible hacer una pasta y amasar. Pero... tras releer la mini-receta cinco o diez veces más y comprobar que no se me había escapado ningún ingrediente, caí en la cuenta de que debía deberse a las barillas, así que repetí la operación (mezclar ingredientes) y esta vez lo hicimos con las manos, logrando una masa que ni la Arguiñaño. Ni que decir que Miss encantada con eso de meter las manos en la masa.También colaboró amasando con el rodillo, pero lo que mejor se le dio, sin duda, fue cortar la masa, para lo que utilizamos unos moldes de figuritas con forma de corazón, elefante, oso, hipopótamo y estrella. Ella cortaba y yo ponía en la bandeja del horno (sobre papel vegetal, que increíblemente ya existía en mi cocina). Mi pequeña decepción llegó cuando vi las pocas galletas que salían, pero bueno, para probar suficiente.Tras 10 minutos en el horno y el posterior enfriamiento (a la vista no dicen mucho), la primera en probar una galleta fue Miss, y........ (música suspense).................... Ummmmmmmmmmm, riquísima! Bien!
Mamá y M con las manos en la masa
Y yo como en una nube. Que sí, que ya sé que esto lo hacen muchas madres/padres/sin hijos y que es lo más fácil del mundo; pero cuando tu relación con la cocina, sobre todo con la repostería, es escasa pues cualquier pequeña cosilla llena de satisfacción. Y si encima ha significado un buen rato madre-hija pues ya es la bomba.A ver qué opinan mis chicas del guetto, que este finde vienen a visitarnos. Pero vamos, que les encantarán, si no por el sabor, sí por el significado que saben que tiene para mí el haberlo hecho.Y la semana que viene nos lanzamos a por el bizcocho o coca de yogurt.Ah! Decir que de Mister ni nos enteramos, ya que al volver del cole Papagoloso ya estaba en casa, exhausto después de un día de esquí, pero con muchas ganas de estar con sus pequeños. O bueno, quizá no era el plan que tenía.

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