Como madres, podemos presumir a veces de estar en todo, pero a veces, tenemos pequeños olvidos, situaciones pequeñas o no tan pequeñas en que los descuidos nos hacen sentir la peor madre del mundo. Yo no soy perfecta (sería muy aburrido serlo ¿no?) y tengo miles de situaciones o descuidos de malamadre que seguro no les contaré a mis nietos (una tiene que mantener su reputación) Pero os cuento tres para amenizar el lunes:
Situación 1: Malamadre egoista. Este fin de semana, como os contaba en Instagram, nos decidimos a ir a conocer la nieve. Estamos en plena primavera, si, pero como ha hecho frío y al fin y al cabo estamos abajito de la cordillera, nos arriesgamos a intentarlo para que las niñas conocieran la nieve que tanto nos preguntaban como era. Despues de más de 50 curvas en vertical, en la última estación de esquí a 2500metros…había nieve:
La niebla nos aguó un poco la fiesta, y entre que a una de las pequeñas le daba vértigo saberse arriba de la montaña y que a a la otra le da terror la niebla, después de un poco de guerra de nieve y de dejar pisadas por todas partes, nos volvimos. Pero quedaron alucinadas. Del silencio que había, del sonido al pisar la nieve, de descubrir que la nieve es como hielo. Me encanta cuando las pequeñas descubren algo por primera vez. Como ya era media tarde y las terremoto durmieron una buena siesta de bajada y se preveía una tarde laaarga, el padre de las criaturas y yo decidimos comprar unas tapas “to go” para no tener que cocinar. Llegamos a casa y alimentamos a la pequeña (otro día os pongo al día de cómo va el tema de la comida con ella) mientas la mayor merendaba. Eran las 19 de la tarde. A las 22 me iba yo a intentar dormir a la pequeña cuando terremoto mayor se acerca y me dice:
Mamá, y yo qué? cuando me vas a hacer la cena?
Creo que no puedo expresar la cara que se me quedó, y el ataque de risa tonta! Nos habíamos olvidado de ella!! 10 de la noche, y ella estaba famélica y la pobre no había dicho nada!!! Y nosotros solo preocupados de si íbamos a conseguir que se durmieran antes de la 12 (que no lo conseguimos por cierto)
Situacion 2: Mamá agresora: la pequeña terremoto vive pegada a mi, es algo que me encanta y es parte de porqué no quiero que crezca todavía, pero también hay situaciones en que es poco práctico. como cuando intentas caminar y tienes un bebe canguro pegado a la pierna, o cuando intentas guardar las cosas del super y es como ir evitando obstáculos porque tropiezas con ella todo el rato. Uno de esos días, estaba yo concentrada creo que preparando el cola cao de la peque, y estaba convencida que ella estaba en el cuarto (pero no) y voy a girarme para salir de la cocina con toda la energía del mundo. Y allí estaba ella, que venía a pegarse a mamá
y que salió volando (literalmente) del manotazo que le pegué
La cara, mezcla de dolor y estupefacción porque su madre la hubiera hecho volar, con la que me miró desde el suelo antes de ponerse a llorar, no se me olvidará. Y esa mezcla entre pena y risa por la situación (voló de una forma muy cómica y no se hizo daño pero la caída fue bien aparatosa) que sentía yo, tampoco. Malamadre ya lo he dicho… Y me costó un montón consolarla! No quería ni verme porque la había tirado al suelo!! Pero los mimos lo pueden todo por suerte.
Situación 3: Malamadre cabeza de pollo: cuando terremoto mayor iba a la guardería de bebé, yo trabajaba jornada completa y la recogía en mi hora de comer para dejarla con la abuela de las criaturas, para que no pasara todo el día en la guarde, y porque nosotros salíamos tarde como para ir a buscarla. Después de un resfriado que la tuvo en casa 10 días, el primer día que volvió a la guardería, llega mi hora de comer y salgo tranquilamente del trabajo….hacia casa. Al llegar abro la puerta y me recibe la siguiente pregunta
¿y la niña donde está?
La niña seguía en la guardería y yo no he caminado nunca más rápido que entonces!! ¿Imaginas la culpabilidad de una primeriza que se acaba de olvidar a su hija en la guarde? Pues bueno, llegué coloradísima a a buscarla, muerta de vergüenza. Y ni la niña se había enterado ni nadie me pregunto nada. Total, solo llegaba 15 minutos más tarde de lo habitual! Pero a mi no se me olvidará nunca! yo lo sentía como si la hubiera olvidado toda la tarde. Y lo que se rieron de mi en casa… En mi defensa, yo siempre me olvido todo en todas partes, así que esto tenía que pasarme. Pero aunque la terremoto mayor ni se enteró, ahora si soy la última en recogerla del colegio me dice “pensaba que te habías olvidado de mi!”
Estas son 3 situaciones de Malamadre que me ha venido a la cabeza, después de dejar a mi hija sin cenar en una noche de sábado. ¿Me cuentas alguna tuya para que no me sienta tan mal? Feliz semana!
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