Revista En Femenino

Mamás no tan jóvenes

Publicado el 06 octubre 2011 por Imperfectas

Mamás no tan jóvenes (por Arantxa)Esta semana, esperando a que mi hija mayor saliera de clase de danza, he conocido a una mamá del cole. Me acerqué yo a ella, porque llevaba en brazos un bebé muy pequeño, y tenía curiosidad por conocer a la criatura. Una niña preciosa (que gran mentira esa de que todos los recién nacidos son iguales), de original nombre (Abril) y con una progenitora muy joven. No llegaba a los 30 y ya tenía otro crío de seis. Me decía la mamá de la nena que ahora la gente tiene los hijos "demasiado tarde" y que más que madres algunas "parecen un poco abuelas".
Me sentí una mamá un tanto añosa (aclaro aquí que mi primera hija nació cuando yo tenía 31 años y la segunda casi dos años después, juzgar vosotr@s). A esa edad mi madre parió a su cuarta hija, pero ninguna de sus vástagas ha seguido sus pasos. Que la edad de la maternidad se ha retrasado y mucho es un hecho objetivo, si nos comparamos con nuestras madres. No hace falta remitirse a los informes del
CIS. Pero que pocas de aquellas mujeres habían cursado estudios universitarios y debían enfrentarse a la ardua tarea de conciliar vida laboral y familiar es un hecho. (Ya hablaremos en otro momento del verbo conciliar). La mujer ha cambiado mucho y, por ende, su forma de vivir la maternidad.
Tras despedirme de la mamá pensé cuán duras podemos ser las mujeres con nosotras mismas. En mi trabajo he llegado a oir que "tener un hijo con 40 años es una barbaridad". Puede que biológicamente no sea lo más recomendable, aunque los riesgos para la parturienta y el bebé cada vez sean menos, pero es un hecho que si muchas mujeres se sienten preparadas, estables y seguras emocional y económicamente a esa edad, ese es su momento y no otro. Y lo aplaudo, porque al hombre, no digamos de 40, sino incluso de 50 o más que tiene un hijo no se le juzga con la misma dureza.

Se habla de maternidad tardía cuando la gestante tiene más de 35 primaveras. A partir de esa edad el reloj biológico juega, dicen los médicos, en nuestra contra. Yo prefiero llamarla maternidad madura. Cuando es escogida libremente, estoy segura de que puede vivirse con tanta entrega y capacidad de disfrute como si se tuvieran unos cuantos años menos.
Si conocéis a alguna de estas madres, y especialmente a áquellas para las que lograr el embarazo ha sido un camino lleno de escollos, seguro que entendéis de lo que os hablo.


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