Revista Baloncesto

Mamen Hidalgo: "Nunca he gritado un gol. Puede que sea herencia de mi abuelo"

Publicado el 17 mayo 2020 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Vicky Losada, Vero Boquete, Irene Ferreras, Alba Mellado, Laura del Río, Aitana Bonmatí y Alba Palacios protagonizan, en primera persona, 'Compartiendo la gloria' (La Calle), el primer libro de la periodista deportiva de Newtral

Toni Delgado (ToniDelgadoG)

"Nunca he gritado un gol. Puede que sea herencia de mi abuelo, que siempre ha vivido el fútbol con mucha tranquilidad", se sincera Mamen Hidalgo (Ciudad Real, 1988). Aunque hay goles que le hacen muy feliz, lo que le fascina es descubrir y contar lo que se esconde tras ellos. Las historias, emociones y personas.

En su primer libro, Compartiendo la gloria. El testimonio de siete mujeres futbolistas (La Calle), la periodista deportiva de Newtral va más allá de transcribir y editar lo que le han contado Vicky Losada, Vero Boquete, Irene Ferreras, Alba Mellado, Laura del Río, Aitana Bonmatí y Alba Palacios. "Intenté meterme en su cabeza, escucharlas y entenderlas. Si le pones literatura, sus mensajes se pierden", advierte Mamen Hidalgo, que ha conservado la primera persona, además de esmerarse en ser "lo más fiel posible" a las palabras, ideas y casi pausas de los testimonios. De "referentes", como destaca Jennifer Pareja, medallista olímpica que llegó a ser mejor waterpolista del mundo, en un prólogo enérgico y reivindicativo. Aunque de pequeña Pareja se fijaba en los deportistas, con el tiempo descubrió que sus "verdaderas" referentes fueron "las deportistas anónimas que lucharon por un espacio, por unos privilegios y por empezar a abrir un camino lleno de obstáculos".


" La decisión más difícil de mi vida fue irme de España con tan sólo veinte años", empieza Vicky Losada, capitana del Barça. "Su historia gusta porque Vicky se desnuda mucho. Estoy muy de acuerdo con Carlos Torres, mi editor, en que resume la esencia del libro", reflexiona Mamen Hidalgo. Vicky Losada emigró a Estados Unidos y luego a Inglaterra porque aquí no podía ser profesional y volvió, de nuevo a su Barça, cuando ya era posible. La centrocampista catalana valora cuánto se ha avanzado y denuncia las carencias pendientes, como la de competir en Matapiñonera (Madrid), un campo en el que en una temporada se habían roto ocho cruzados: "¡Cómo hay una Federación que permite jugar ahí!".

Tampoco se esconde, y se agradece, Vero Boquete, considerada la mejor futbolista española de la historia, la única con biografía (La princesa del deporte rey, de David Menayo y publicada por Ediciones Cydonia en 2013) y la heroína de la clasificación de la selección para su segunda Eurocopa. Su agónico gol ante Escocia dio voz a un fútbol femenino silenciado hasta entonces.

Vero Boquete lleva 10 años compitiendo fuera (Estados Unidos, Rusia, Suecia, Alemania, Francia y China). Lejos encontró el respeto y las condiciones anheladas. La delantera nos habla de una ambición en positivo, de su convivencia con estrellas que consideraba inalcanzables y que eran muy cercanas o de las vidas "en pequeñito" que te ofrece el fútbol... Hasta los 14 años, cuando hizo ruta con la selección gallega, no tuvo referentes femeninos, guías para luchar por su futuro en el fútbol. Hasta entonces no sabía "si podía tener una salida".

Cuando habló con Vero Boquete para Mamen Hidalgo se acordó mucho de su propia historia. Mira hacia el techo y viaja a los 90, a Herencia, su pueblo de Ciudad Real. Compartiendo la gloria, "Con ocho años regateaba a chicos de 20 y no sabía que había competiciones femeninas", recuerda la periodista. Simplemente llevaba el balón cosido a los pies y jugaba tantas horas que su madre le bajaba la cena a la calle. A Laura del Río la suya no le dejaba jugar con chicos mayores y se las ingeniaba para competir de manera clandestina. Curiosamente su madre era quien más le insistía a los Reyes Magos para que le regalasen un balón a la pequeña...

Laura del Río fue pionera como jugadora (se fue con 18 años y volvió con 36) y siempre será la primera entrenadora en la Tercera División masculina. Es optimista y crítica con el futuro: "Hay herramientas y unión, y con ello el fútbol crece y lo hace con nuestra opinión. [...]. Uno de los mayores problemas que tenemos es que los clubes se mueven en un vacío superbonito donde están cómodos y no quieren que les pongamos en apuros".

Mamen Hidalgo dejó el fútbol a los 14 años, sin referentes y con la familia animándola a que se centrase en los estudios. "No podía pasarme los sábados recorriendo La Mancha para competir... ¿Qué hubiera pasado si hubiera visto una vez a una jugadora en el periódico? Nunca pasó. Quizás me habría retirado a los 18, pero me habría gustado tener una oportunidad...".

Ahora vive el fútbol desde la barrera y ha cubierto el Mundial de Francia. Lo que más le impactó no fue la organización, la afluencia a los estadios ni la gran presencia de medios de comunicación: "Lo que me quedará para siempre, porque no sé si se repetirá, será haber vivido un torneo de ese nivel con la cercanía absoluta de las jugadoras".

-Mamen, la historia que más me ha llegado, por intensa, ha sido la de Irene Ferreras, hasta hace unos meses entrenadora del Valencia CF -le comento.

-Me hace ilusión que me lo digas. A Irene no la conocía personalmente y me enamoré de su forma de vivir, muy pasional: se desvive por fomentar el bienestar del grupo, piensa las 24 horas en cómo mejorar a sus jugadoras y mejorarse. No se limita a dar órdenes. Cuando acabé todas las entrevistas, fue el relato que más me apetecía contar. No quería que se viera a Irene Ferreras simplemente como una obsesa del fútbol, sino su fútbol puro, de pasión y diversión que mamas desde pequeñita.

-Es, con diferencia, la historia en la que hay más mundo interior.

-Exacto. Cómo piensa, cómo se mueve, cómo actúa... Su relato es profundo. Que la despidiesen del Valencia CF por malos resultados fue un aprendizaje, un episodio más en su vida. Lo transcendente es cómo Irene Ferreras vive y vivirá el fútbol, una pasión y un talento que le harán llegar donde quiera y, sobre todo, transmitir a las nuevas generaciones.

"Yo no digo que lo mío sea ni mejor ni peor, pero nunca me ha gustado hacer cosas 'porque siempre se han hecho así'", reflexiona Irene Ferreras, que no sería extraño que, tarde o temprano, publique un libro motivacional.

Aitana Bonmatí (Sant Pere de Ribes, 1998), expromesa y ya realidad en el Barça, es la más joven de Compartiendo la gloria. Se formó sin referentes femeninos y admirando a Xavi Hernández y Andrés Iniesta. "Pero Aitana", interviene Mamen Hidalgo, "ya ha crecido en otras condiciones, ya es profesional, una suerte que muchas otras no tuvieron". "Les cuento anécdotas de las dificultades que nos encontrábamos por lo poco aceptado que estaba socialmente nuestro papel", relata Alba Mellado, capitana del Madrid CFF, un libro abierto que como entrenadora ha ganado varias ligas masculinas con equipos femeninos y que apuesta por las competiciones mixtas "reales hasta cadetes". Su padre le inculcó a ella y a su hermano su amor por el fútbol y los retaba a hacer, como mínimo, 150 toques con el balón para subirse a cada atracción en la feria.

Mamen Hidalgo echa de menos la calle, la calle de antes. La de las porterías imaginarias o marcadas con los abrigos, piedras, bordillos... Su calle molaba: apenas pasaban coches y los partidos sin cronómetro casi no tenían interrupciones.

-¿Sabes qué me ayudó a mejorar mi técnica? -me pregunta.

-Había un par de casas que tenían sótano y una ventanita de unos 50 centímetros y con barrotes. ¡Imagínate la locura de 20 criaturas luchando por meter un gol en una portería tan pequeña! No había ni portero ni portera, claro.

Los tiempos de ahora son muy distintos. La calle de su pueblo está repleta de coches aparcados o en circulación (al menos antes del confinamiento). "Ahora vivo en Madrid y aquí también es inviable jugar al fútbol en la calle. Me entristece que hacerlo se haya reducido a espacios muy concretos", lamenta Mamen Hidalgo. Una reflexión que firmaría Alba Palacios, la primera futbolista trans en España y la autora de la declaración de amor al fútbol más potente en Compartiendo la gloria: "No sé cómo voy a acabar con las lesiones, pero ojalá verme jugando con 50 años, aunque sea con un bastón en el barrio". Su testimonio es el más desgarrador. Nos cuenta como sufría, ya de más mayor, cuando competía con hombres sintiéndose mujer, pero también cuando se cambió el sexo y, por fin, lo hacía donde quería, con otras chicas. Ahora goza como una niña. "Bueno", matiza Mamen Hidalgo, "disfruta más, pero le queda un poco para hacerlo como una pequeña. Por fin se ha liberado y para Alba Palacios el fútbol es como tener 5 años. Los tuvo y los está volviendo a tener".

-Mamen, ¿qué es para ti la gloria?

-Cada persona, en función de sus experiencias y expectativas, tendrá la suya. Socialmente la gloria se identifica al éxito, la victoria, el dinero... Para mí la gloria es lograr tu objetivo. Inspirar a cualquiera es el nuestro con Compartiendo la gloria. Ojalá una niña que lo lea se refleje en alguna de las protagonistas, vea que ser futbolista es viable y luche por ello.


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