Mañana de Reyes, 6 de enero, los niños se levantan pronto para descubrir qué es lo que los Reyes Magos han traído para ellos. Es una mañana llena de alegría, de ilusiones pero también de alguna decepción.
Como cada año hoy la historia se repite en miles de hogares. Los niños se despiertan emocionados esperando encontrar paquetes yímás paquetes que contengan los regalos que les pidieron a los Reyes Magos en sus intereminables cartas llenas de deseos.
Esta mañana es una mañana especial, llena de alegría, de risas, de exclamaciones de sorpresa, de ilusiones y en algún caso alguna decepción, que también es buena.
Yo soy de la opinión que los Reyes Magos no deben cumplir con todos y cada uno de los deseos de los niños, que es bueno que olviden alguna cosa por el camino. También es cierto que solo se es niño una vez en la vida y que son muy pocos los años en los que uno cree en la magia de estas fechas.
No obstante, coincido con la mayoría de expertos, psicólogos y educadores, que no es conveniente que los niños se acostumbren a tener todo cuanto piden o desean. Es bueno que entiendan el valor de lo que poseen y que aprecien cada uno de los regalos, que siempre son más de los que pueden asimilar.
El juego es lo que importa y no la cantidad de regalos que reciben. Recordemos que el mejor regalo que se les puede ofrecer es el tiempo que compartimos con ellos, por lo que acallar nuestra mala conciencia por dedicarles poco tiempo con regalos y mas regalos es un error que debemos intentar evitar.