Esta novela de Goethe se publicó en 1774 y la ópera 'Werther' de Massenet basada en esta obra se estrenó en Viena en 1892, con su libreto originalmente en francés traducido al alemán. Hay un lapsus de tiempo muy considerable entre ambos hechos, lo que hace que estas dos obras pertenezcan, por las fechas en que se dieron a conocer, a dos periodos culturales muy diferentes y contrapuestos, la literaria al Clasicismo y la musical al Romanticismo. Goethe se adelantó con esta obra a su época e influyó considerablemente en la literatura plenamente romántica de las décadas posteriores. Massenet, cuyo periodo vital coincide de pleno con el Romanticismo, fue catalogado de conservador o más bien, de reacio a las innovaciones por algunos de sus colegas. Quizá, estas premisas puedan dar alguna explicación, más o menos coherente, a la perfecta simbiosis de espíritu que estas dos obras tan dispares en el tiempo consiguen transmitir.
Esta ópera de Massenet representa, en extremo, algunas de las ideas que fueron el estandarte del movimiento romántico que predominó en el siglo XIX y hasta los primeros años del XX. La exaltación de la naturaleza, el sentimiento trágico de la vida, la primacía del individuo... Todo esto se refleja en el libreto y en la música que le acompaña de forma magistral. Tiene un carácter intimista que remarca este individualismo, por lo que no hay coros, solo unas voces de niños cantando a la Navidad. Frente a algunas escenas más 'pastoriles' para relajar tensiones, predominan las que te llevan al presentimiento del inevitable final, un final trágico, sin redención alguna, que se acaba asumiendo como inevitable.
Si la historia que cuenta el libreto puede parecer anacrónica por lo que supone quitarse la vida por un amor imposible, ya queda reflejado en el primer párrafo de estas notas, que lo anacrónico, algunas veces, queda relativizado con el tiempo. Más nos lo debería de parecer las muertes por un amor mal entendido que se dan en la actualidad. Y siempre será más ético y hasta más estético, un suicidio por amor que un 'la maté porque era mía'... donde no es admisible ni lo uno ni lo otro.
Al bucear en la psique del Werther de Massenet puede sobrevolar cierta laxitud, pero la música del compositor francés se contrapone a ella con ejemplar efectividad.
Foto de los ensayos. Cortesía de Les Arts
No es fácil interpretar a los dos personajes principales de la obra. No lo es, conseguir un equilibrio entre la melancolía existencial del joven poeta enamorado sin esperanza y la atmósfera de tragedia que se respira desde el preludio mismo y a lo largo de muchos momentos de sus cuatro actos. Werther, es un personaje un tanto monolítico. Aparece ya vulnerable desde el inicio, mostrando una desdicha que no concibe consuelo terrenal. Busca este consuelo invocando a la naturaleza y a su sentimiento religioso sin conseguirlo. El de Charlotte transmite sutiles aristas en el trasiego de la narración. Una contención en su diatriba entre deberes y querencias, dejando traslucir atisbos de sentimientos de culpabilidad y un reconocimiento final de su amor hacia Werther.No hace falta añadir que todo el peso de la obra gira entorno a ellos dos y la partitura no deja de trasmitir esta sensación. Massenet se esmera con sus intervenciones, tanto en solitario como en sus dúos, en las que consigue un vuelo lírico y sentido del drama digno de encomio. Los demás personajes que completan la ópera son meros satélites bien dibujados, aunque son eclipsados por la trágica historia de amor inalcanzable de los dos protagonistas. Entre estos 'satélites' cabe mencionar a Sophie, hermana adolescente de Charlotte y a Albert, prometido y resignado consorte de esta última. Completa el cuadro familiar Le Bailli, el viudo progenitor de las dos jóvenes hermanas.
Sumergirse en el espíritu romántico, en toda su amplia extensión, que esta pequeña joya de la ópera destila es un ejercicio de empatía muy recomendable. Todo es cuestión de dejarse llevar por esos pequeños éxtasis de belleza sonora salpicados de sutilezas instrumentales, expresión dramática y la psicología de la época.
Rueda de prensa de la presentación de 'Werther'
Presentación de la obra en rueda de prensa de los principales responsables de la propuesta: Anna Caterina Antonacci, Charlotte. Henrik Nánási, director musical. Jean-Louis Grinda, director de escena. Jean-François Borras, Werther. Davide Livermore, en el centro de la imagen e intendente de Les Arts.Mañana sábado día 20 de mayo, es el estreno y la primera oportunidad de constatar los resultados de esta nueva producción en la que se embarca el coliseo valenciano junto con la Ópera de Montecarlo. Promete, ya veremos...
Audio de Jean-François Borras cantando 'Pourquoi me réveiller' en el MET en 2014.