no hace ni 24h que volvimos de las vacaciones (del lugar de veraneo los adultos), y ya estamos en el parque.
tengo las maletas aún sin terminar de deshacer, me espera otra lavadora cuando subamos a casa, pero aquí estamos, como si no hubiera un mañana.
y eso que mañana es la vuelta al cole, que hoy se supone que deberíamos estar preparando la mochila.
pero quizá sea justo por eso que me ha parecido una idea estupenda dejarlo todo y echarnos a la calle a jugar (soy de parque, no me escondo).
porque así estamos alargando el verano, arañándole unas horitas más.
y mañana será otro día. un día duro, hagamos lo que hagamos hoy.
y pasado más, que ya no tendrá ni la emoción de ser el primero
. que lo peor no es volver, sino tomar conciencia de que ya estás ahí de nuevo, con el contador a cero.que nos quiten lo bailao.
además, egoístamente diré, que ver en primera persona el reencuentro de unas amigas después de un verano, no tiene precio.
ese volver a empezar que les dura un par de minutos de silencio y miradas esquivas, y se convierte al momento en un no parar de hablar, correr, reír y sí, admitámoslo, discutir como solo las amigas discuten, en una combustión espontánea que rápido se convierte en brasas acogedoras.
oírles hacer planes para la media hora final mientras algún padre viene a recogerles (cuando les has dicho que tienen 10 minutos para recoger.), que ya quisiera yo para mi vida, .
lo dicho, mañana será otro día.