Mañana será un día jodido pero gracioso

Luis Bassat, publicitario.

A partir de ahora diré publicista y no publicitario porque ni tú ni yo somos tontitos.

Galardonado como el mejor publicista español del siglo XX.

Autor de «No le abandones, él nunca lo haría» y otros cientos de obras de arte.

En el 75 fundó la agencia Bassat & Asociados. Bien, pero no suficiente.

Al poco se fue a Estados Unidos como quien sale a buscar caracoles y lió a David Ogilvy, el publcista más popular de todos los tiempos, para que invirtiera en su agencia.

Bassat & Asociados pasó a sumarse a las muchas sedes que Ogilvy tenía por el mundo. Con una pequeña diferencia.

Esta sería la única sede del mundo que no se llamaría «Ogilvy».

Basat & Ogilvy, perdone usted (y permaneció así hasta años después de retirarse Bassat).

Y lo que era una gencia pequeñita, de un día para otro pasó a trabajar con los mayores anunciantes del mundo.

Eso ocurrió en 1980.

5 años de trabajar con el primero que se asomaba por la puerta a convertirse en la fábrica de los anuncios más míticos que probablemente hayas visto.

Tuve la suerte de compartir un año junto a Luis Bassat, tiempo durante el que fue mi profesor.

Además de esta historia me contó cómo fue la transición. Cómo dejó atrás a clientes pequeños de un día para otro.

Lo cuento en el newsletter. Y no te va a gustar.

Quizás. Probablemente.

Es jodido de aceptar que sea tan fácil, que siempre lo hayas tenido ahí y que nunca lo hayas hecho.

Pero si tienes la valentía para reconocerlo, y darte cuenta de que pocas cosas pueden cambiar tanto tu vida como relacionarte, hacer negocios y whatsappear con gente así, gente de la que se aprende hasta mirando cómo se tiran un pedo, te va a gustar.

Identificar, conocer y conectar con gente con dinero.

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