Revista Opinión

Mañana, tal como hoy (01/01/13-31/12/12)

Publicado el 31 diciembre 2012 por Eowyndecamelot

Dicen (en un spot televisivo, pero no me preguntéis la marca que se anuncia porque no tengo ni idea, ni me interesa) que la ilusión es una fuente de energía que algunos dicen que se halla en franca caída libre. Me cuento entre ellos.  Nunca, desde que tengo uso de razón, me había sentido vivir en unos tiempos tan duros, tan apocalípticos: el sistema siempre ha sido el sistema, el capitalismo siempre ha producido desigualdades, y algunos ya pronosticaban hace varios años lo que se estaba preparando tal vez desde hace muchas décadas, pero ahora mi impresión (y no solo la mía) es que definitivamente ha vencido el mal y la codicia por la riqueza y el poder de las elites psicopáticas que nos gobiernan a escala global (y que han conseguido este dominio precisamente por ser eso, elites, y sobre todo psicopáticas, es decir, sin escrúpulos morales), ya no encuentra límites a su desafuero; ni por parte de una población tan narcotizada durante tantos años por las mentiras del sistema, por el adoctrinamiento educativo y por la cultura basura que le está costando mucho despertar, ni por parte de esos despertares parciales (aunque loables), que ya nada parecen lograr contra una tiranía que lleva demasiado tiempo cimentándose y parapetándose.

En estas circunstancias, y lamento si a alguien le duele mi sinceridad, me cuesta decir una palabras de felicitación en este día, último de ese calendario gregoriano que en la civilización occidental hemos instaurado como oficial. No puedo desearos que las cosas vayan mejor, porque sencillamente, no creo que pueda ser así. Ni siquiera puedo instaros (e instarme, que más falta que a mí seguro que no os hace) a un despertar total, absoluto y contundente, valiente,  esforzado y verdaderamente revolucionario, porque no confío en que se produzca, al menos de momento y, en el caso que se produjera, debería ser verdaderamente sacrificado y escandaloso para que causara algún efecto. Para mí, mañana será igual que hoy, un día más.

Pero después de este día vendrá otro. Y otro. Y otro. Y otro más. El mundo (y nosotros) será más viejo, y quiero creer que más sabio. Las contradicciones llegarán a ser tan flagrantes que no podremos obviarlas. Las mentiras caerán por su propio peso, anuladas por una realidad progresivamente más evidente,  o serán descartadas por sus emisores, demasiado seguros de su poder.  Llegaremos a un punto en el que será imposible recular más y entonces nos veremos obligados a dar un paso adelante. Y otro. Y otro. Hacia un cambio de sistema, un cambio de valores, un cambio de prioridades.

Esa es mi única, y quizá pobre, esperanza para el nuevo año gregoriano. Y hasta entonces, os deseo toda la felicidad, ilusión, fuerza y bienestar que podáis arañar a la vida, y un poco más.


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