Revista Cultura y Ocio

Mancebias y casas de acogida en Toledo en el Siglo de Oro ( y II )

Por Pablet
Resultado de imagen de Mancebias y casas de acogida en Toledo en el Siglo de OroLa primera sentencia la fijaba en 2,500 ducados, pero ellos pedían que se les concedieran los 2,600 en que el juez árbitro, Lorenzo Olivero, veedor de las obras reales de Toledo, la había fijado, a la luz de las pruebas presentadas: la renta de cada año de la casa eran 2I0 ducados y dos pares de gallinas, pero para los siguientes estaba arrendada en 230 ducados y 6 pares de gallinas, "y que siendo la dicha renta perpetua y va cada día subiendo", el juez valoró el millar en más de 25,000 mrs.
Los propietarios pidcn csta cantidad a cambio de rctirarse de un pleito ya largo, quc en el documcnto real se dice dura más de quince meses.
Añaden, adcmás, el perjuicio que se les ocasiona ¿el no poder utilizar un edificio que había sido construido con el solo fin de ser mancebía, al que nadie querrá ir ni habitarr oné1. Sentencia cl rey que el concejo pague, cuando fuera requerido, los 2,600 ducados más los réditos de la casa desde cl día en que fueron sacadas de ella las mujeres, "con algo más".


No tardaron mucho Tomás Gaitán de Rivera y Rodrigo Ávalos en requerir al corregidor que hiciera efectivo el pago,to inclicando quc hay dinoro para realizarlo "dcl depósito de los veinte mil ducados dc la última facultad quc su Magestad a concedido a csta ciudad, pucs cste cs uno de los cfectos para quc so conccdió la dicha facultad y ay de ellos con que poderse pagar la dicha cantidad".
Resultado de imagen de Mancebias y casas de acogida en Toledo en el Siglo de OroY así lo hizo, pagando las trcs cuartas partes dc los 2,600 ducados el 10 de enero do 1511 "del cofre donde sc pusieron los 20,000 ducados quc dio don Fernando de la Cerda por el tributo que le impusieron los señoros Tolcdo"."
Municipalizada e incorporada a los bienes de propiedad de la ciudad la casa de mancebía se arrienda por periodos de cuatro años. Los rendimientos cconómicos quc produce al concejo  han  sido analizados  por Julián Montemayor."
Aparece por primera vez entre las rentas de 1583 con una cantidad superior a 150,000 mrs., quc sc incrementa hasta un máximo de casi los 200,000 cntre 159l-1,594 para desconder después, bruscamente, hasta los 80,000 mrs., en 1607,y de nucvo en 1615 a sólo 40,000 mrs. anualcs. Montemayor considera este dcscenso dc los ingresos como un reflejo de la pérdida de población de la ciudad, no debe ser la única razón.
El Corral de Comedias, también incluido en los propios dc Toledo, en 1584 fue rematado por su arrendador en 105,000 mrs., y en los años finales del siglo renta 700,000 mrs., alcanzando en 1606 la cantidad de 1.320,000 mrs. Pasó a ocupar cl scgundo lugar de las rentas municipales y a lo largo de todo el siglo XVII será uno de los componentes más importantes dle las finanzas municipales.
Por cl contrario la casa de mancebía fue decayendo. Se suceden las quejas al concejo de los arrendadores de la casa. En cnero dc 1601 Juan Gómez, que la había rematado en 112,500 mrs. pide que se le descuenten 18 días que la casa e stuvo cerrada y las llaves cn poder del mayordomo de la ciudad, porque cs pobre y ticne mucha nccesidad, por lo que la ha traspasado a Diego Ló pez.
Éste, en septiemlre de 1608 reclama dcl mayorclomo de la ciuclad los gastos que realizó en la casa dc manccbía cuanclo le tuvo arrcndada. El estado de conservación del edificio no era bucno y el concejo no hacía los reparos necesarios. El 4 de octubre de 1613 Antonio García, a cuyo cargo está la casa pública dice que para poder vivir y habitar en ella es necesario arreglarla, porque se hunden los tejados y otras cdificaciones, y hace más de ocho años quc no se reparan. Suplica que la ciudad mande un alarife con el mayordomo y vean las obras que son necesarias.
Tres días después emiten su informe: primeramente tejar de nuebo todos los tejados con sus caballetes y limas y canales maesas, todo... lleno y caballete de yeso puro, todo labrado a cordel, y ansímismo arreglar en unas piezas unos tabiques que cstán caídos ans íen las altas como en las bajas muchas llabes y cerraduras que faltan y adobar algunas puertas que están quebradas y desencajadas así en las piezas de las mugeres como en la del padre, y apretar unos pedazos de parcdes y en el patio y cocina enpedrar muchos pedazos y aderezar la cocina y la chimenea y solar muchos pedazos de las piezas altas y bajas y rebocar unos cimientos y otros muchos remiendos menudos, los quales dichos reparos son forzosos y necesarios de acer luego por estar todo undido y maltratado, y no aciendose luego no se puede habitar en los aposentos y bendrán más gastos."
La descripción no puede ser más clara, el edificio no está en condiciones dc ser habitado. Después Antonio García sc dirigirá al concejo y le comunica que no quiere tener la casa por más ticmpo y entrega las llaves," aunque antes había pedido un descuento en su alquiler por 26 días que no ganó nada al haber sido llevadas las mujeres a una casa de recogidas La causa de la ruina de la casa está motivada más por un cambio de actitud hacia la prostitución quc por la pérdida de población de la ciudad, con ser ésta muy importante. No es extraño, pues, que cuando las mancebías fucron suprimidas en 1623 por una pragmática de Felipe IV el concejo pcrdicra una renta poco importantc. Desdc entonces no aparece entre los propios.
La casa seguía en pie en I778, era de propiedad municipal y se utilizaba como casa de vecinos, produciendo una renta reducida Esto no quicre decir que la prostitución de sapareciera dc la ciudad. Siguió cjerciéndose a domicilio, como en el caso de Claudia v María Chaves. madre e hija, montañesas afincadas cn Toledo, "que" tienen a todos los mozos del lugar muy gratos y por suyos" como se dice en cl proceso inquisitorial que se les formó en 1651, aparentemente por prácticas de hechicerí asaz también en lugares apartados, tales como la Vega Baja, camino de la Venta de la Esquina, donde hay tres cuevas en las que "se refugian mujeres públicas y soldados y paisanos".
En realidad a lo largo de los años que aquí estudiamos se va produciendo un cambio de actitud hacia la prostitución, reflejo de una evolución en la mentalidad de la época. Es patente en el proceso de alejamiento de los lugarcs de su ejercicio del centro a la periferia hasta ahora descrito: de una presencia de las rameras en los mesoneson de la zona cercana a Zocodover y en los de los arrabales a su concentración en una sola casa, situada, eso sí, en una de las calles de acceso al centro desde el puente de Alcántarayjunto a unlugar muy frecuentado, el pósito, y de al( al fondo de la Antequeruela, un lugar más descaminado.
Todo en el espacio de un siglo. Se ha pasado de una libertad sexual, que juzgaba con mucha indulgencia los actos de simple fornicación, a un control de la prostitución, considerada como un mal necesarioo que protegc la honestidad de la mujer de famila. Las mancebías son un fenómeno urbano, y la de Toledo era muy frecuentada, como ha comprobado Bennassar en los fondos de la Inquisición. Su tarifa, medio real, que no era cara, y la idea extendidísima en la época de que el pago suprimía el pecado, favorece la frecuentación del burdel.
En las tertulias muchas de las convcrsacioncs sólo tenían por objeto informarse hasta qué punto era pecado la fornicación. Son muchos los testimonios que ponen en evidencia una resistencia a la rigidez moral emanada del Concilio de Trento, y en toclas partes, hombres y mujeres se resistían a admitir que la simple fornicación, la que implica sólo a los solteros, fuera pecado. En el peor de los casos lo sería venial, nunca mortal.
Fue necesaria una campaña de propaganda por parte de la Inquisición, que aquí ataca no el comportamiento moral sino el error dogmático, y de los clérigos entre 1560 y 1620 para modificar lentamente el sentimiento general. Las casas de recogidas Todo este cambio se manifiesta en la reglamentación de las mancebías, sometidas a un control administrativo y sanitario por los municipios que tratan dc evitar el contagio, moral y físico, y sobre todo en la aparición, desde mediados del siglo XVI, de casas de recogimiento a las que debían acudir las mujeres que quisieran abandonar su vida anterior. Como ya se dijo, las deudas contraídas no serían un obstáculo.
La iniciativa del recogimiento queda en manos de la mujer, pero su voluntad se ve ayudada por una serie de prácticas de tipo religioso. Se trata de hacerle ver su vida de pecado y moverla al arrepentimiento como una nueva Magdalena. Con tal motivo la casa de mancebía de Toledo permanece cerrada  durante la Semana Santa y las prostitutas llevadas al hospital de Santa Leocadia donde son recogidas y alimentadas, predicadas y persuadidas las meretrices para que dejen aquella vida ynfamc y pecadora, dondc muchas son convertidas y casadas y con sus maridos perdonadas, porque ansí para los casamientos como para el perdón de sus hierros se allegan de buenas personas algunas limosnas
Estas prácticas de piedad no las rcalizan sin oposición. En Valladolid, la procesión del martes santo, que tiene su inicio en la iglesia de la Magdalena, es la de las mujeres públicas, y está destinada a ofrecerles una oportunidad de salvación, pero sus respectivos rufianes las vigilan y profieren las más terribles amenazas para aquellas que se arrepienten
https://ruidera.uclm.es/xmlui/handle/10578/5412
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