Salimos de Londres en bus con dirección a Manchester. El día estaba feo, llovía un poco y el peso de las mochilas y el tener que levantarnos tan temprano estaba haciendo mella en nuestro humor, así que Mel y yo decidimos hacer el recorrido Londres-Manchester completamente dormidos.
Llegamos a la estación de Shudehill Interchange y de ahí, con todas las mochilas, bolsas y demás carga nos dirigimos a explorar un poco la ciudad, con la mala suerte de que estaba lloviendo, así que no quedó más remedio que meternos en el National Football Museum. Obviamente con dos amantes del futbol, la elección de ese Museo era muy fácil de elegir, a pesar de la cara de Mel de que no le apetecía nada ir al Museo.
Una historia por los objetos de los Mundiales, objetos de la Fifa, la colección de la Liga de Futbol inglesa, diferentes colecciones de camisetas de jugadores de la selección y muchas otras exposiciones conforman este museo. Pero lo mejor de este museo, como siempre, es que es GRATUITO, sin duda eso fue lo que más nos gustó y así deberían de ser todos los museos.
A la salida del Museo decidimos pasear un poco por la ciudad, hasta que nos encontramos con un pequeño trozo de Londres, una gran noria en la mitad de una pequeña plaza. Parecía el London Eye, pero obviamente en pequeñito. Esta noria es conocida como la Wheel de Manchester (La rueda de Manchester). No se nos pasó por la cabeza subir porque este tipo de atracciones tienen precios prohibitivos, y no nos equivocamos, 9£ cada uno por subir en una noria, que en las fiestas de Santiago de Compostela cuestan 5€, o al menos eso costaba cuando me subía hace algún tiempo.
Dimos una pequeña vuelta para poder mirar la Catedral de Manchester pero por desgracia el tiempo ya se nos estaba echando encima para llegar al aeropuerto y coger el vuelo que nos llevaría hasta Dublín. Así que esta es nuestra pequeña pero sustanciosa reseña sobre Manchester