Pese a la gran rivalidad actual de estos dos equipos, en tiempos pasados, sucedieron cosas como esta.
La anécdota de esta ocasión sucede hace casi 100 años, un 2 de abril de 1915. Se jugaba la última jornada de la por entonces llamada League Division One.
El Manchester United encadenaba una serie de catastróficos resultados y se encontraba en puestos de descenso. Así que ante tal situación, evidentemente no dudo en alinear a sus mejores jugadores de la época: Beale, Spratt, Hodge, Montgomery, Haywood, O’Connell, Meredith, Potts, West Anderson y Norton. Dirigidos por Jack Robson. Saltaban al terreno de juego para defender la categoría, la permanencia en la máxima del fútbol inglés.
Por otra parte, el Liverpool se encontraba en media tabla y ya no luchaba por nada en la competición, pero no saco mal equipo ni mucho menos, alineaba a Scott, Pursell, Nicholl, Longworth, Fairfoul, Bratley, Miller, Sheldon, Mackinlay, Banks y Pagnam. Dirigidos por el entonces entrenador Tom Watson.
Tras el pitido inicial, el partido poco a poco empezó muy tempranamente a levantar las sospechas ante un posible “arreglo” del resultado.
Al poco de empezar, un penalti fue fallado de una forma un tanto descarada por parte del delantero del Liverpool Jackie Sheldon, en principio con una reputación casi exquisita desde los 11 metros.
Según el diario “The Guardian” se percibía una sensación de incomodidad en los jugadores.
Pero Sheldon no fue el único jugador del Liverpool que actuó de forma extraña, Pagnam por ejemplo, a pesar del reclamo constante de algunos de sus compañeros incomprensiblemente mandaba pases erróneos y tiros muy lejos del destino que debería tener una ejecución habitual en él.
Algunos jugadores ajenos a estos hechos, prácticamente no daban crédito de lo que pasaba en campo cuando algunos de sus compañeros se negaban a tan siquiera pasar el balón.
West del United también fue participe del juego sospechoso cuando sin razón aparente lanzó con las manos el balón fuera de la cancha con destino a las gradas.
El acontecimiento fue vergonzoso a todas luces, tanto que el técnico del Manchester United Robson dejo temprano el estadio, antes de que el partido finalizara incluso, con mucho disgusto por lo que acababa de presenciar.
El partido llego a su fin con 2-0 favorable a Manchester United que curiosamente le ayudaba a salvarse por un punto del descenso, dejando así, su puesto al Chelsea quién perdía la categoría.
El diario “The Guardian” de nuevo, declaro: “El partido fue horroroso, nadie jugó bien” y hacían especial hincapié en el penalti, tanto sospechoso como irrisorio por parte de Jackie Sheldon. Argumentando de esta manera y aludiendo a otras jugadas del partido, las sospechas sobre un más que probable resultado amañado.
Poco después se daba a conocer que las sospechas tenían fundamento y fue el mismo “The Guardian” quien hizo evidente el amaño. Siete jugadores habían apostado en la previa del partido por un 2-0 a favor de los Red Devils, que se pagaba siete a uno. Estos fueron del United: Turnbull, West y Whalley, y por otro lado Fairfoul, Miller, Pursell y Sheldon por el Liverpool.
Después de una serie de investigaciones oficiales por las autoridades británicas, se decidió suspender a todos los involucrados de por vida para que no pudiesen participar nunca más en este deporte.
Sin embargo Turnbull desgraciadamente, falleció durante la Primera Guerra Mundial y por otra parte, el resto de futbolistas fueron rehabilitados en 1919.
Aun molesto con la decisión inicial, West (Delantero del United), el que mando a las gradas el balón sin explicación aparente, sostuvo ante la justicia que lo hizo para mantener el 2-0 a favor, ni más ni menos. Y fue en 1945, mucho después cuando consiguió limpiar su imagen, consiguiendo ganar el caso.
Curiosamente y como reza el título, justamente por ese partido el United se salvó pero el mayor afectado injusta e indirectamente del “Manchester y Liverpool: el amaño“, fue el Chelsea, que se vio en el pozo del descenso después de tal despropósito, pero que nunca reclamó ya que la propia guerra hizo que se suspendiera el fútbol.
Al regreso hubo una re-estructuración, donde se ampliaron los clubes de Primera División de 20 a 22, por lo que el club de Londres volvió a primera, y “se dejó pasar”, nunca se indagó más en el caso.