Teníamos pendiente contaros la historia que se escondía detrás del mandala que transferimos hace un par de semanas... Tal y como os comentamos, estaba dibujado por una de nuestras hijas. Fue el año pasado que, por relax y distracción, comenzó a pintarlos en los tiempos de descanso entre estudio y estudio, diseñando uno para su funda de móvil que gustó mucho entre sus amigos. Tanto, que se decidió a realizaros por encargo, encontrando así una artística manera de sacarse un dinerillo para el viaje de fin de bachillerato. Hasta creó una cuenta de instagram, @fundashappycase después de que muchos de sus "clientes", le enviaran fotos con sus nuevas fundas. En fin, una divertida y creativa actividad que cada vez le fue quitando más tiempo de estudio..., y que decidió abandonar una vez terminados los últimos pedidos que aceptó. Menos los de Retro y con encanto, claro... ¡Nuestros móviles, por aquello de la confianza, se quedaron sin sus lindos mandalas! Por eso es que la madre de la criatura se lanzó a por el que se encontró entre los papeles a reciclar; inacabado o no, mejor o peor, era lo más cerca que había estado de una funda happy case...
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Aunque nosotras, cómo no, lo hemos llevado a nuestro terreno, pues hemos encontrado en estos círculos llenos de formas, geometría y, casi siempre, color, un nuevo elemento decorativo. ¿O gustan para decorar?