Mandalay es una de esas paradas que hace todo el mundo que viene a Myanmar. Tiene mil págodas preciosas pero que cuando vienes de Bagan, cualquier págoda te parece insulsa, por muy magnífica que sea.
La verdad es que no tenía muchas ganas de visitar Mandalay y más bien se trataba de una parada técnica antes de ir al norte de Myanmar a las montañas. Pero bueno, ya que estás en la ciudad habrá que encontrar cosas que hacer y aunque no sea de los mejores lugares del mundo hay un par de cosillas que nadie debe perderse si va a Mandalay.
Una es el puente de teca más largo del mundo esta sustentado por más de 1000 pilares de teca siguiendo los 1,2km de longitud que unen las dos orillas desde hace más de 200 años. La mejor hora del día para visitar este puente es el amanecer cuando los monjes caminan con sus cuencos a pedir comida para el monasterio, o por la tarde cuando vuelven a los monasterios y los comerciantes vuelven con sus bicicletas a sus casas. Es un puente con una vida alucinante, mientras en el río los búfalos se bañan tras un día de trabajo bajo el sol abrasador y los pescadores apuran las últimas horas de sol antes de volver a casa para intentar llenar al máximo sus cestas de bambú con pequeños pececillos para hacer curry a la noche. Para llegar aquí lo mejor es compartir un taxi con varias personas para reducir costes.
La otra “atracción” de Mandalay es ir a visitar y asistir a la actuación de los “Moustache Brothers”. Tres humoristas birmanos que en su día tenían grandes bigotes de los cuales uno ya lo ha perdido por completo. Lo “gracioso” es el humor que hacen, ya que todo lo que dicen esta enfocado en contra del gobierno (digo dictadura) que está destrozando poco a poco el país. La KGB como los llaman ellos vigila su garaje donde llevan a cabo el espectáculo y la madre vigila en la puerta a los agentes de paisano que les siguen cada vez que salen o actúan.
El show se lleva a cabo en un pequeño garaje en el centro de Mandalay. Está decorado con miles de marionetas birmanas (buen símil), y con carteles de las distintas policías de los países, como la KGB, CIA, FBI e incluso CNI y Guardia Civil.
De los tres hermanos sólo uno habla inglés y con un micrófono acoplado a un altavoz guía el espectáculo, hay baile (su mujer y hermana y cuñada), humor político, un poco de situación política, y mucha mucha desesperanza y necesidad de ayuda. Mientras el show tomaba parte empezó a llover y en menos de 20 minutos el garaje tenía un palmo y medio de agua y los 9 espectadores con los pies en alto en pequeñas baquetas o ladrillos. Al terminar o a cualquier otra hora te puedes pasar por su casa y hablar con ellos y debatir sobre su situación política. Desde luego una buenísima opción para enterarse de los entresijos de la dictadura y qué mejor que luchar con risas!
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